Motricidad.European Journal of Human Movement, 2007: 18, 41-60

PREDICCIÓN DE LA SATISFACCIÓN CON EL RENDIMIENTO DEPORTIVO EN JUGADORES DE TENIS: EFECTO DE LAS CLAVES SITUACIONALES

 

Santos‐Rosa, F. J.1; García, T.2; Jiménez, R.2; Moya, M.3; Cervelló, E. M.3

 

1 Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal. Universidad de Sevilla
2 Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura
3
Área de Educación Física y Deportiva. Universidad Miguel Hernández (Elche)

 


 

RESUMEN

Este estudio examinó en una muestra de 151 tenistas el efecto de las claves disposicionales y situacionales relacionadas con el proceso competitivo, en la predicción de la satisfacción con el rendimiento deportivo. Las variables analizadas y medidas han sido: el Estado de Flow Situacional, el Estado de Implicación Ego y Tarea en competición, y la Ansiedad Somática, Cognitiva, y Auto confianza (Dirección). Los resultados obtenidos muestran que el mayor predictor de la satisfacción con el rendimiento obtenido ha sido el estado de flow situacional, seguida por el  estado de implicación a la tarea, y el estado de implicación al ego. Las implicaciones que para el proceso de entrenamiento y la competición presentan estos resultados, se discuten en el documento. Palabras clave: Motivación, ansiedad precompetitiva, flow situacional, estados de implicación, tenis.

 

ABSTRACT

This study has analyzed the relationships between dispositional and situational variables in competition and the sport performance satisfaction of 151 tennis players. The perception of situational flow, competition task and ego-involvement, and directionality of somatic, cognitive and self-confidence perceptions of anxiety were measured. Results show that satisfaction with sport performance in competition was positively predicted by the situational flow and by task and ego-involvement. The implications of these findings for the process of training and competition are discussed in the document. 
Key words: Motivation, pre-competitive anxiety, situational flow, goal involvement, tennis.

 


 

INTRODUCCIÓN

La satisfacción con el rendimiento obtenido es una variable motivacional determinante en muchas de las conductas, cogniciones y sentimientos afectivos que desarrollan los sujetos en un entorno de logro como el deportivo, siendo subyacente al mantenimiento  de las conductas, a la persistencia, interés y esfuerzo que se manifiestan  en dichos entornos (Cervelló Escartí y Guzmán, 2007). Su efecto sobre los patrones conductuales resultantes se debe a su relación con diferentes variables como son las orientaciones de metas disposicionales, los climas motivacionales percibidos, el tipo y nivel motivacional desarrollado y el grado de diversión que se experimenta asociado a las actuaciones. Asimismo juega un papel importante en relación a otros dos constructos como son la ansiedad y el flow que influyen de manera diferenciada en la experiencia deportiva en general y en las actuaciones que se realizan en dicho ámbito, en particular. Es por tanto una variable comportamental que al incidir de manera directa e indirecta sobre la persistencia en la realización de las actividades, favorece el incremento del nivel de aprendizaje incrementando con ello las habilidades de que se dispone para hacer frente a las situaciones de entrenamiento y competición y con ello facilitando que la dinámica del esfuerzo realizado posibilite alcanzar mayores cotas de rendimiento al incrementar los recursos puntuales de los que se dispone.

Desde un punto de vista teórico, una de las perspectivas que más contribuyen a la comprensión del papel que juega la satisfacción con el rendimiento en el deporte es la Perspectiva de las Metas de Logro que intenta comprender las respuestas conductuales, cognitivas y afectivas de los individuos en contextos de logro desde una perspectiva social-cognitiva. Su idea fundamental es que las personas somos organismos intencionales, dirigidos por nuestros objetivos y que actuamos de forma racional de acuerdo con los mismos (Nicholls, 1984), tendiendo a perseverar en aquellas actividades que son divertidas e inherentemente interesantes (Duda, 1993).

En la actualidad, la consideración de la motivación como un proceso dinámico hace que se contemple una visión interaccionista del efecto de las variables situacionales y disposicionales sobre el proceso motivacional. Así Roberts, 1992 y Cervelló, 2001 (ver figura 1) consideran que como resultado de dicha interacción surge un estado denominado de implicación, consistente en el criterio de éxito adoptado en un momento o situación dada, del que resulta un patrón conductual de tipo adaptativo o poco adaptativo (modulado por la percepción de competencia que se posee). Los patrones motivacionales adaptativos incluyen un conjunto de procesos cognitivos, meta cognitivos y afectivos, que aumentan la probabilidad de realizar una buena ejecución, y se caracterizan por la búsqueda de desafíos, el uso de estrategias efectivas de aprendizaje, actitudes positivas hacia la actividad y por la persistencia efectiva frente al fracaso mediante el incremento del esfuerzo, siendo deseables en los contextos de aprendizaje y entrenamiento.

 

Figura 1.  Elementos disposicionales, sociales y contextuales relacionados con las metas de logro. Patrones conductuales asociados (Cervelló, 2001)

 

Los patrones conductuales adaptativos son patrones típicos de sujetos implicados a la tarea (Dweck, 1986) que perciben un clima de maestría (Ames, 1992; Ames y Archer, 1988; Ntoumanis y Biddle, 1999; Treasure y Roberts, 2001). Por otra parte, los patrones motivacionales desadaptativos son propios del individuo que evita los desafíos, atribuyen el fracaso a la falta de habilidad y reduce la persistencia ante la dificultad. Los patrones conductuales desadaptativos o poco adaptativos son comunes en individuos implicados al ego con baja percepción de habilidad (Roberts, 1984) y de percepciones de un clima competitivo (Ames y Archer, 1988; Cervelló et al., 2007; Cervelló y Santos-Rosa, 2001; Ntoumanis y Biddle, 1999; Treasure y Roberts, 2001). Recientemente, se ha comprobado que los elementos situacionales, juegan un papel destacado en la predicción de los estados de implicación, y que existe una tendencia también en los estados de implicación a actuar de una forma coherente con las orientaciones disposicionales, y que estos “estilos motivacionales”, determinan en gran medida las respuestas conductuales (Cervelló, Santos-Rosa, Garcia-Calvo, Jiménez e Iglesias, en prensa; Gernigon, D’arripe-Longueville, Delignières, y Ninot, 2004).

Desde un punto de vista práctico, nuestros criterios sobre lo que consideramos tener éxito en el deporte pueden condicionar la mayor o menor satisfacción con la experiencia deportiva. En esta línea, Cervelló et al. (2007) al igual que Treasure y Roberts (1994), describen que las personas que están orientadas al ego tienen dificultades para mantener el sentimiento de competencia en la actividad, presentan patrones de conducta inadaptada y abandonan la actividad cuando la percepción de la competencia es baja y cuando la percepción de competencia es alta presentan conductas adaptativas, se esfuerzan en la actividad y la mantienen. Por el contrario, las personas con una orientación disposicional a la tarea se esfuerzan en la actividad y persisten en la práctica independientemente de la percepción de competencia y el fracaso se percibe como un elemento de aprendizaje que ayuda a mejorar.

Diversas investigaciones dan soporte a las consecuencias derivadas de dichas claves disposicionales y situacionales. Así Nicholls (1989) y Dweck (1985), consideran que existe relación entre las orientaciones disposicionales  y los niveles de motivación intrínseca, con mayores niveles en ésta en sujetos con alta orientación a la tarea, mientras que el compromiso con una meta orientada al ego debería disminuir los niveles de motivación intrínseca. Resultados similares muestra Chi (1997) en un estudio realizado con jugadores de tenis taiwaneses, en el que  la orientación al ego se relaciona de forma positiva con la motivación extrínseca. Asimismo la motivación intrínseca puede ser predicha, y se correlaciona, a través de manera positiva a través de la orientación a la tarea y negativamente a través de la orientación al ego (García, Jiménez, Santos-Rosa y Cervelló, 2005; Duda, Chi, Newton, Walling y Catley, 1995; Vlachopoulos y Biddle, 1996), y en menor medida el clima percibido por los deportistas se establece igualmente como variable predictora de dicha motivación intrínseca (Petherick y Weigand, 2002).   La relación entre las metas de logro y la satisfacción intrínseca, definida como el grado de diversión o aburrimiento que los sujetos experimentan cuando realizan una actividad (Duda y Nicholls, 1992), es consistente con las predicciones de la teoría de las metas de logro y la teoría de la evaluación cognitiva (Duda, 2001., Roberts, Treasure y Kavussanu, 1997) y  da soporte a la relación existente, anteriormente comentada, entre la implicación a la tarea y la motivación intrínseca (Biddle y Soos, 1997., Dorobantu y Biddle, 1997., Duda, Chi, Newton y Walling., 1995., Hall, Humphery y Kerr, 1997., Kavussanu y Roberts, 1996., Lintunen, Valkonen, Leskinen y Biddle, 1999., Newton y Duda, 1999.,y  Seifritz, Duda y Chi., 1992). Estudios como los de Duda, Chi, Newton, Walling y Catley (1995) que analiza la relación entre las orientaciones de meta y el interés intrínseco, y  los de Duda, Fox, Biddle y Amstrong (1992), Hom, Duda y Miller (1993), Spray, Biddle y Fox (1999) y Cervelló y Santos-Rosa (2001), muestran que efectivamente los patrones relacionados con una orientación al ego, se relacionaban con una menor satisfacción y un mayor aburrimiento en la práctica deportiva, mientras que la orientación a la tarea se asocia a una mayor diversión con la práctica del deporte, dando soporte a la relación entre las metas de logro, la motivación y el interés intrínseco y la satisfacción, y al papel que juegan los estados motivacionales situacionales en la predicción del grado de diversión en competición (Cervelló, Calvo, Ureña, Martínez y Guzmán, 2006).

 No obstante los determinantes de la satisfacción y la diversión que experimenta el jugador en los contextos de entrenamiento y de competición  pueden variar dependiendo de la meta de logro adoptada en los mismos (Lochbaum y Roberts, 1993; Roberts, Hall, Jackson, Kimiecik y Tonymon, 1995; Treasure y Roberts, 1994) de manera que los sujetos orientados al ego se sienten más satisfechos cuando la experiencia deportiva les proporciona la posibilidad de percibirse con capacidad superior a los demás y cuando obtienen aprobación por parte de sus otros significativos, mientras que los sujetos que se encuentran orientados a la tarea se sienten más satisfechos con las experiencias deportivas que les informan acerca del dominio de las técnicas deportivas, y también con aquellas experiencias que les informan de la consecución de aprobación social por parte de sus otros significativos.

Diversos estudios han destacado la importancia que parece tener la motivación en la aparición del estado de Flow, entendido como el estado psicológico óptimo que facilita el desarrollo de óptimas actuaciones, en competición (Jackson, 1995., Jackson y Marsh, 1996., Karagerorghis, Vlachopoulus, y Terry, 2000., y Kowall y Fortier, 2000), y más concretamente una alta motivación intrínseca se asocia a la aparición del estado de Flow en competición (Kowall y Fortier, 1999) y en entrenamiento (García, Jiménez, Santos-Rosa, y Cervelló, 2005). Asimismo el estado de Flow se correlaciona con los climas percibidos en los entrenamientos, procedente del entrenador y de los compañeros (García, Jiménez, Santos-Rosa, y Cervelló, 2005., Jackson, Kimiecik, Ford y Marsh, 1998., y Kowall y Fortier, 2000).

Otro de los elementos relacionados con el hecho competitivo, es la ansiedad que aunque, tradicionalmente se ha asumido con efectos negativos sobre la actuación, puede que desempeñe un papel facilitador de las actuaciones en los entornos deportivos. Así diferentes perspectivas como las Teoría de la Inversión, del ZOF y de la Multidimensionalidad de la Ansiedad, así como el Modelo de la Catástrofe, sugieren que la ansiedad necesariamente no tiene por que tener efectos negativos en la misma actuación.

La Teoría de la Multidimensionalidad de la Ansiedad considera que la ansiedad es un constructo multidimensional en el que se deben distinguir tanto aspectos somáticos como cognitivos, aspectos de rasgo y de estado, siendo independientes entre si e influyendo de forma distinta sobre el  comportamiento. Dicho marco teórico considera que los Aspectos somáticos, definen la Ansiedad somática, y reflejan percepciones sobre síntomas corporales desencadenados por el arousal (incremento de fc, incremento de frecuencia respiratoria, cosquilleo, tensión, sequedad boca,..) provocando cambios en la conducta. Los aspectos cognitivos, reflejan percepciones de negativas de actuación, provocando preocupaciones, imágenes desastrosas, problemas de concentración, problemas de control corporal. Por su parte los aspectos de rasgo, reflejan predisposición a percibir ciertos estímulos ambientales como amenazantes, provocando variación de los niveles de ansiedad estado. Finalmente los aspectos de estado, reflejan un estado emocional inmediato caracterizado por sentimientos de tensión y aprensión, asociados a la alta activación de organismo. Junto a la multidimensionalidad de la ansiedad el concepto de dirección de la ansiedad se establece como una variable determinante para comprender los procesos comportamentales que desarrollan los sujetos. La Direccionalidad de la Ansiedad, expuesta por Jones (1991) hace  referencia a como el sujeto interpreta la intensidad de los síntomas que experimenta como facilitadores o obstaculizantes, en función de la percepción de control que puede ejercer sobre el ambiente y sobre si mismo, así como de su creencia de la capacidad de afrontar los problemas de ansiedad frente a la consecución de una meta. Su modelo de control aplicado a los entornos deportivos (figura 2).

Figura 2: Modelo de control de la ansiedad (Jones, 1995)

 

Este modelo es confirmado con estudios posteriores como los de Jones y Hanton (1996) según el cual el mejor soporte para el modelo residía en las percepciones de control, sobre los componentes de las metas de rendimiento, y de Edwards y Hardy (1996), que encuentran que altos valores de ansiedad cognitiva pueden tener un efecto facilitador o debilitador de la actuación, dependiendo de los niveles de activación fisiológica. El estudio de la interacción entre la intensidad de la ansiedad cognitiva y la activación fisiológica, abre el camino a contemplar que dicha interacción actúe como un mecanismo subyacente en la interpretación de los síntomas de la ansiedad. En este sentido varios investigadores han sugerido que la auto confianza puede actuar como regulador de la interpretación direccional de los síntomas de la ansiedad competitiva.

  En base a lo expuesto, el objetivo de este trabajo es comprobar, en entorno de competición, el efecto que distintas variables motivacionales situacionales puede tener en la predicción de la satisfacción con el rendimiento deportivo. Nuestra hipótesis de trabajo ha sido considerar que la satisfacción con el rendimiento deportivo, como variable relacionada con el tipo de patrón conductual desarrollado, estará predicha tanto por los elementos situacionales como personales relacionados con el hecho competitivo, de forma que la percepción de un alto estado de Flow situacional, el estado de implicación a la tarea e interpretación facilitadora de la direccionalidad de la ansiedad precompetitiva predecirán positivamente la satisfacción con el rendimiento obtenido. Igualmente creemos que el estado de implicación al ego, predecirá negativamente la satisfacción con el resultado obtenido.

MÉTODO

Sujetos y procedimiento

La muestra del estudio estuvo compuesta por 151 tenistas de competición de ambos sexos, pertenecientes a la categoría alevín de 2º, infantil o cadete, pertenecientes a la comunidad andaluza, con un mínimo dos años de experiencia en el circuito de competición regional y /o nacional. La cumplimentación de los cuestionarios se produjo en una primera fase (pre-competitiva) 30 minutos a 1 hora antes de un partido de competición, en un lugar apartado del club donde compitiese, de manera individual y anónima, en presencia del investigador principal, y en una segunda fase (post-competición) al finalizar un partido de competición, de manera inmediata a éste.

 

Instrumentos de medida

- Medida de la Direccionalidad de la Ansiedad Estadoprevia a la competición:

Para la medida de la  Ansiedad Somática, Cognitiva, y Auto confianza (Dirección) se utilizó una versión reducida a 9 ítems (para facilitar el pase del instrumento) de la validación al castellano (Cervelló, Santos-Rosa, Jiménez, Nerea, y García, 2002, que mostraba un alto nivel de fiabilidad alpha> .70) del original CSAI-2 de Martens, Vealey y Burton (1990), con tres factores (ansiedad somática, ansiedad cognitiva y auto confianza ), adjuntándose a la escala de intensidad  una escala de medida de la direccionalidad.

La pregunta inicial que encabeza el cuestionario es “Indica cómo te sientes en este momento, y si piensas que este estado te puede perjudicar o beneficiar”, a la cual siguen los 9 ítems relacionados con la intensidad de la ansiedad somática, cognitiva y auto confianza. Así un ítem que mide la intensidad de ansiedad cognitiva sería, por ejemplo, “Estoy preocupado por esta competición”, un ítem que mide la intensidad de la ansiedad somática sería “Siento tenso el estómago” y de medida de la auto confianza sería “Confío e superar el reto”. Las respuestas están formuladas en una escala tipo Likert con un rango de respuesta de 0 a 100, en la que el 0 corresponde a totalmente en desacuerdo y el 100 a totalmente de acuerdo con la formulación de la pregunta.

Junto a la escala de intensidad, la escala de medida de la direccionalidad expresa si el componte intensivo es percibido como facilitador o debilitador, y frente a la versión original, en la que se contemplan puntuaciones de –3 (me perjudica) hasta +3 (me beneficia), se ha optado por utilizar puntuaciones directas de 0 a 100.Seguidamente, y siguiendo las recomendaciones de Jones (1995), Jones y Hanton (2001), y Raudsepp y Kais (2002) solo operó con la dimensión direccional del instrumento (debido al mayor poder de predicción de ésta, frente a las escalas de intensidad).

 

- Medida del Estado de Implicación:

Para la medida delestado de implicaciónse utilizó el cuestionario de Percepción de Criterios de Éxito (POSQ) de Roberts y Balagué (1989,1991) para la medida  de la orientación disposicional, adaptado a la Competición y al igual que Cervelló, Calvo, Ureña, Martínez y Guzmán (2006), se optó por realizar una medición a posteriori del estado de implicación pudiendo así recoger los diferentes estados de implicación por los que ha pasado el jugador. Este cuestionario consta de dos factores ortogonales denominados orientación al ego y orientación a la tarea, y un total de doce ítems, con una fiabilidad de .80 para la subescala Ego y de .71 para las subescala Tarea. (Roberts y Treasure, 1995), y su  versión española muestra similar distribución factorial y coeficientes de consistencia interna semejantes (Cervelló, Escartí y Balagué, 1999; Cervelló y Santos-Rosa, 2000, 2001; Escartí, Roberts, Cervelló y Guzmán, 1999).

La pregunta inicial que encabeza el cuestionario es “En esta competición he sentido que he tenido éxito cuando...”, a la cual siguen los doce ítems relacionados con el estado de implicación a la tarea y al ego. De esta forma, un ítem que mide la implicación a la tarea sería, por ejemplo, “En esta competición he sentido que he tenido éxito cuando me he esforzado al máximo”, mientras que un ítem que mide la implicación al ego sería “En esta competición he sentido que he tenido éxito cuando he derrotado a mi rival”. Las respuestas están formuladas en una escala tipo Likert en la que cada ítem tiene un rango de respuesta de 0 a 100. El 0 corresponde a totalmente en desacuerdo y el 100 a totalmente de acuerdo con la formulación de la pregunta.

 

- Medida de la Satisfacción con el Rendimiento obtenido

Para medir la satisfacción con el rendimiento logrado se utilizó una escala en la que se preguntaba a los jugadores sobre su grado de satisfacción en función de cómo han rendido en el partido disputado. Así la pregunta inicial que encabeza la escala es “Indica la satisfacción que tienes en función de cómo has rendido es esta competición” seguida de escala tipo Likert con un rango de respuesta de 0 a 100, en la que el 0 corresponde a nada satisfecho y el 100 a muy satisfecho con la formulación de la pregunta.

Tal y como consideran diversos autores (Roberts, 2001; Weiss y Ferrer-Caja, 2002; Duda y Hall, 2000), el rendimiento puede considerarse tanto desde el punto de vista objetivo como subjetivo. Dadas las particularidades del juego del tenis, en el que se pueden producir enfrentamientos con rivales de superior nivel deportivo y  de juego, es probable que un rendimiento objetivo bajo (perder un partido) no se corresponda con la percepción que el jugador tiene de su rendimiento o actuación, en dicho partido. Por tanto y siguiendo a los autores anteriormente citados, que consideran que la percepción subjetiva de rendimiento es la variable que más afecta a aspectos cognitivos y conductuales del deportista, hemos decidido medir el rendimiento a través de la satisfacción que el jugador manifiesta haber obtenido en el partido disputado.

 

- Medida del Flow Situacional:

Para medir el Estado de Flow Situacional se utilizó se utilizó la versión en español, traducida y validada  por Cervelló, Nerea, Jiménez, García y Santos-Rosa (2001), con altos niveles de fiabilidad (Alphas >.90) de la escala de estado de Flow situacional (FSS) de Jackson (2000). El análisis psicométrico del instrumento original revela una estructura de factor y fiabilidad aceptables (Jackson y Marsh, 1996; Marsh y Jackson, 1999, Jackson, 2000), donde los nueve factores que presentan se corresponden con las nueve dimensiones de Flow (equilibrio entre habilidad y reto, unión acción/ pensamiento, claridad de objetivos, claridad de feedback, concentración total, experiencia autotélica, sensación de control, transformación en la percepción del tiempo y perdida de autoconciencia) siendo validados a través de análisis factorial confirmatorio. No obstante  uno de los factores, “transformación del tiempo”, muestra baja relación con respecto al factor de Flow global, pudiendo ser en parte debido a los ítems que evaluaban dicho factor,  o la posibilidad de que la transformación del tiempo no sea una dimensión central de las experiencias de Flow de los deportistas. Asimismo, un factor adicional como es “pérdida de autoconciencia” no presenta una alta relación con el Flow global como el resto de los factores.

La pregunta inicial que encabeza el cuestionario es “Las siguientes cuestiones están relacionándolas con la experiencia que acabas de tener en el partido que has jugado” a la cual le siguen un total de 36 ítems relacionados con las 9 dimensiones del Flow. De esta forma un ítem que mide el equilibrio entre la habilidad y el reto sería “Sabía que mi capacidad me permitiría hacer frente al desafío que se me planteaba.” Asimismo un ítem que mide la unión entre la acción y el pensamiento sería “Hice los gestos correctos sin pensar, de forma automática.” y “El tiempo parecía diferente a otras veces (ni lento, ni rápido)” mediría la transformación del tiempo. Las respuestas están formuladas en una escala tipo Likert en la que cada ítem tiene un rango de respuesta de 0 a 100. El 0 corresponde a totalmente en desacuerdo y el 100 a totalmente de acuerdo con la formulación de la pregunta. Para esta investigación, se utilizó únicamente la escala global de segundo orden.

 

RESULTADOS

Se presentan a continuación los estadísticos descriptivos, media y desviación típica de los factores, y el análisis de consistencia de los cuestionarios así como las relaciones entre las variables estudiadas y un resumen del análisis de regresión por pasos para la predicción de la satisfacción con el rendimiento obtenido.

 

Estadísticos descriptivos y análisis de fiabilidad de los instrumentos

Los estadísticos descriptivos, media y desviación típica, de las escalas y cuestionarios, y la consistencia interna de los cuestionarios determinada a través del coeficiente Alpha, se presentan a continuación (ver tabla 1).

 

Tabla 1. Descriptivos y coeficientes de consistencia interna de las escalas y cuestionarios.

 

Alpha

Media

Desv. típ.

Satisfacción con el Rendimiento Obtenido

-

65.43

27.89

Ansiedad Somática (Dirección)

.82

52.87

28.55

Ansiedad Cognitiva (Dirección)

.79

49.00

26.30

Autoconfianza (Dirección)

.76

82.22

19.63

Estado Implicación Ego

.90

52.44

26.20

Estado Implicación Tarea

.87

80.70

19.16

Estado Flow Situacional

.93

62.52

17.14

 

 

Los resultados muestran que los jugadores de tenis contemplados en la muestra presentan un alto grado de acuerdo con las afirmaciones de los ítems de las escalas de auto confianza (como valor más alto), estado de implicación a la tarea, así como valores moderados con las escalas de ansiedad cognitiva (como valor más bajo), ansiedad somática y estado de implicación al ego, señalando también los valores moderados de la satisfacción con el rendimiento obtenido en sus actuaciones. El análisis de consistencia interna de los cuestionarios, determinado a través del coeficiente alpha, muestra para todos los cuestionarios empleados una alta fiabilidad (alpha >. 70) con puntuaciones que oscilan entre .76 (como valor mínimo) para la medida de la dimensión auto confianza de la ansiedad precompetitiva  y  .93 (como valor máximo) para la medida del flow situacional.

 

Correlaciones entre las variables pre-competición y post-competición

A continuación se presentan las correlaciones establecidas entre las distintas variables estudiadas en situación de Competición, pre y post competición (ver tabla 2).

Los resultados nos informan de que el estado de implicación al ego se relaciona de forma positiva con: la satisfacción con el rendimiento obtenido, el estado de implicación a la tarea, y con el estado de flow situacional, no encontrándose valores significativos en la relación negativa con las demás variables estudiadas. Asimismo los resultados nos informan de que el estado de implicación a la tarea se relaciona de forma positiva con: la satisfacción con el rendimiento obtenido, la auto confianza (dirección), el estado de implicación al ego, y con el estado flow situacional, no encontrándose relaciones negativas con las demás variables estudiadas.

 

Tabla 2. Correlaciones a las variables estudiadas en situación pre y post-competición

 

1

2

3

4

5

6

7

Satisfacción con el Rendimiento obtenido (1)

-

-.04

.04

.22**

.53**

.59**

.64**

Ansiedad Somática (Dirección) (2)

 

-

.68**

.06

.02

.03

.03

Ansiedad Cognitiva (Dirección) (3)

 

 

-

.19*

-.01

.16*

.08

Auto confianza (Dirección) (4)

 

 

 

-

.04

.27**

.15

Estado Implicación Ego (5)

 

 

 

 

 

.41**

.53**

Estado implicación Tarea (6)

 

 

 

 

 

 

.57**

Estado Flow Situacional (7)

 

 

 

 

 

 

 

p< .01 ** (La correlación es significativa al nivel 0.01, bilateral)
P< .05 * (La correlación es significante al nivel 0.05, bilateral) 

 

Análisis de regresión de predicción de la satisfacción con el rendimiento obtenido

Para predecir la satisfacción con el rendimiento obtenido, se consideraron como variable dependiente: la satisfacción con el rendimiento obtenido, y como variables predictoras o independientes: el estado de flow situacional, el estado de implicación ego y tarea (situacional), y la ansiedad somática, cognitiva, y auto confianza (dirección),

A continuación se presentan los Coeficientes de los predictores significativos del análisis de regresión por pasos, junto con la varianza explicada en cada paso (ver tabla 3), mostrando que la satisfacción con el rendimiento obtenido, fue predicha principalmente por la percepción del flow situacional con un 42% de la varianza explicada, y en menor medida por los estados de implicación a la tarea y al ego. Ninguno de los factores relacionados con la direccionalidad de la ansiedad precompetitiva predijo significativamente la satisfacción.

 

Tabla 3. Análisis de regresión lineal por pasos: Predicción de la Satisfacción con el Rendimiento Obtenido

VARIABLES

Beta

R Cuadrado

Sig.

Paso 1

 

.422

 

Estado Flow Situacional

.694

 

.000

Paso 2

 

.496

 

Estado Flow Situacional

.456

 

.000

Estado Implicación Tarea Competición

.335

 

.000

Paso 3

 

.540

 

Estado Flow Situacional

.344

 

.000

Estado Implicación Tarea Competición

.301

 

.000

Estado Implicación Ego Competición

.248

 

.001

 

DISCUSIÓN

Tal y como indican Butt, Weinberg y Horn (2003), el rendimiento y la satisfacción con el rendimiento obtenido, no debe cuantificarse únicamente en función del resultado objetivo de la competición, puesto que en los deportes en los que existe oposición, el resultado final está muy mediatizado por el nivel del oponente como es nuestro caso. Así, en ocasiones los jugadores de tenis pueden experimentar alta satisfacción aún perdiendo un partido con un rival de superior categoría, si se consiguen resultados parciales o se mejora el proceso de ejecución deportiva. Igualmente, un jugador de tenis puede experimentar baja satisfacción aún ganando el partido si percibe que su nivel de ejecución se ha deteriorado o no ha conseguido los objetivos de ejecución planteados previamente. Esta distinción fue la que marcó la necesidad de conocer los elementos situacionales que pueden predecir la satisfacción obtenida con el resultado alcanzado en competición.

Así, la hipótesis que planteamos consideraba que el estado de flow, el estado de implicación a la tarea en competición y la percepción facilitadota de la direccionalidad de la ansiedad precompetitiva predecirían positivamente la satisfacción con el rendimiento obtenido, mientras que e estado de implicación al ego lo haría negativamente.

Los resultados obtenidos han corroborado sólo parcialmente las hipótesis en la dirección planteada. Por una parte, hemos encontrado que el mayor predictor de la satisfacción con el rendimiento obtenido ha sido el estado de flow situacional, que explica un porcentaje altísimo de varianza explicada sobre la variable dependiente (42%). Este resultado está considerando que, efectivamente, el sentirse bien compitiendo independientemente del resultado final, es la variable a la que los jugadores más atienden para valorar positiva o negativamente su actuación. Este aspecto es muy relevante pues ofrece claves a los entrenadores a través de las cuales mejorar la satisfacción de los jugadores con el rendimiento obtenido. Lejos de considerar el éxito o el fracaso en función de ganar o perder, los entrenadores deberían considerar el aspecto del proceso de ejecución en la valoración de la actuación competitiva de los deportistas.

De hecho, la siguiente variable que más varianza aporta a la satisfacción con el rendimiento obtenido es el estado de implicación a la tarea, lo que indica que aquellos jugadores que se auto evalúan en función de haber mejorado su ejecución deportiva independientemente del resultado final, tienden a sentirse más satisfechos con el rendimiento obtenido, pues comprenden que ganar o perder está fuera de su control, mientras que mejorar la ejecución partido a partido si está bajo su control. De toda manera, también podemos observar en los resultados, y de forma contraria a nuestras hipótesis, que el estado de implicación al ego muestra una predicción significativa y positiva, aunque con poca varianza explicada sobre la satisfacción con el rendimiento obtenido. Este resultado que podría parecer contradictorio con el comentado anteriormente, no lo es tanto si observamos las características de la muestra utilizada. Cabe recordar que los deportistas de nuestro estudio son tenistas involucrados en deporte de competición. En ocasiones, el hecho de mostrar un estado de implicación al ego en el deporte, no tiene porque ser poco adaptativo, si se acompaña también de altos niveles de implicación a la tarea. De hecho, diversos trabaos han mostrado en el ámbito del deporte que los patrones motivacionales más adaptativos en el deporte de competición son aquellos que están relacionados con altos niveles de orientación a la tarea y moderados u altos niveles de orientación al ego (Roberts, 2001). Esta cuestión es explicada porque el deporte competitivo constantemente está demandando un proceso de comparación social entre los individuos (de hecho ésta es una de las esencias del deporte de competición). Es por tanto que no es sorprendente que el estado de implicación al ego también prediga la satisfacción con el rendimiento, si bien la varianza explicada por esta variable, aunque significativa, es escasa.

Un resultado curioso de este trabajo ha sido comprobar, que al contrario de lo encontrado por otros autores (Butt et al., 2003), la direccionalidad de la ansiedad no ha sido un predictor positivo de la satisfacción con el rendimiento. Este resultado puede interpretarse considerando que a pesar de que los sujetos pueden percibir que en un determinado momento la ansiedad puede facilitar en cierta manera el rendimiento, no es menos cierto que la direccionalidad siempre irá acompañada de cierto nivel absoluto de ansiedad, por lo que es probable, que ésta no sea percibida como adaptativa para el rendimiento. Futuras investigaciones, deberán comprobar si la direccionalidad de la ansiedad es un elemento más adaptativo entre deportistas que presenten altos niveles de ansiedad absolutos, pudiendo entonces comprobar el efecto modulador de la direccionalidad de la ansiedad. De la misma forma, la inclusión en los trabajos de medidas objetivas del rendimiento, puede ayudar a esclarecer el efecto real de esta variable en el comportamiento de los deportistas.

Futuros estudios deberán analizar también el efecto que otras variables situacionales, como la información percibida en el entorno y el clima motivacional presente en los entrenamientos y la competición, pueden tener en algunas las respuestas situacionales durante la competición deportiva. Si bien es cierto que existen numerosos estudios que han analizado las relaciones entre las variables disposicionales y sociales en el nivel contextual de la motivación, son aún muy pocos los estudios que han analizado como se relacionan estas variables en las situaciones concretas (nivel situacional).

El estudio realizado también adolece de una serie de limitaciones metodológicas que es necesario contemplar: en primer lugar, la medida del estado de implicación situacional a partir de cuestionarios diseñados para medir las orientaciones disposicionales, puede recoger también una tendencia  a responder de forma similar a las orientaciones disposicionales. Siendo conscientes de esta posibilidad, se ha intentado controlar el posible efecto de colinealidad entre las orientaciones y los estados de implicación, no recogiendo medidas disposicionales de la orientación, únicamente medidas situacionales. Además, tal y como contempla la teoría, conceptualmente los estados de implicación deben recoger parte de las orientaciones disposicionales, aunque como hemos comentado, esta posible colinealidad se ha intentado evitar procedimentalmente no recogiendo medidas de las orientaciones disposicionales. A este respecto el debate teórico abierto sobre la ortogonalidad o no de los estados de implicación (Roberts, 2001; Gernigon et al., 2004), todavía necesita de nuevas aportaciones que puedan definir más concretamente medidas más ajustadas de los estados de implicación.

Por último, y desde una perspectiva práctica, los resultados de este trabajo muestran la importancia de considerar los aspectos situacionales para la comprensión del comportamiento competitivo. Aunque no ha sido objetivo de este trabajo, parece evidente que el manejo de claves situacionales que favorezcan prácticamente la aparición del estado de flow, tendrá grandes ventajas adaptativas para la competición: los entrenadores deben ser conscientes de la relevancia del manejo de estas variables, pues tal y como se ha apuntado en otros trabajos (Cervelló et al., en prensa), determinan el comportamiento final y en último término el rendimiento. Favorecer claves relativas a la mejora personal, esfuerzo y compromiso con el dominio de la tarea, favorecen la aparición de estados motivacionales adaptativos. Futuras investigaciones deberán seguir profundizando sobre las claves responsables de estos mecanismos.

 

 

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