Motricidad.European Journal of Human Movement, 1996: 2, 75-92

 

PROPUESTA DE MARCO TEÓRICO INTERPRETATIVO SOBRE EL ASOCIACIONISMO DEPORTIVO EN ESPAÑA1

 

Puig, N., Moreno, A. Y López, C.
Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya (INEF-C)
Barcelona

 


 

RESUMEN

El artículo que se presenta es un ensayo de reflexión teórica sobre el asociacionismo deportivo en España. Se estructura en dos partes. La primera trata de la diversidad de las asociaciones deportivas. Ello se analiza tanto desde una perspectiva histórica como de presente. En la segunda se habla del contexto en que se desenvuelve el modelo asociativo del deporte en España. Fenómenos de tipo deportivo, organizativo, político y social se avanzan como posibles explicaciones de la problemática actual del asociacionismo deportivo en este país. Al analizar estos fenómenos se va sugiriendo el tipo de problemas que generan en los distintos tipos de asociaciones. Las conclusiones son un breve resumen de la reflexión realizada.
PALABRAS CLAVE: Asociacionismo deportivo

 

ABSTRACT

The article is a theoretical essay about sport organisations in Spain. It has two parts. The first one deals with the heterogeneity of sport organisations. This is analized from an historical and present perspective. The second part deals with the context of sport oganisations. It is considered that sport, organisational, political and social aspects are fundamental to understand the present situation of sport organisations in Spain. In analysing them, problems related with different kind of sport organisations are raised. Conclusions are summarising the main ideas developped.
KEY WORDS: Sport associationism

 


PRESENTACIÓN

El texto que se presenta es un ensayo de reflexión teórica sobre el asociacionismo deportivo en España. Ante todo, debemos señalar que el tema de las organizaciones deportivas en España ha sido escasamente trabajado contrariamente a otros gracias a los cuales se puede hablar de una cierta madurez de la Sociología del Deporte española (Puig, 1995).

Así pues, nuestra reflexión se basa en los escasos estudios empíricos de que se dispone. Se trata, por tanto, de avanzar hipótesis que puedan servir de guía para desarrollar tales estudios y para poder contribuir a una teoría de las organizaciones deportivas en Europa.

No tratamos el conjunto de las organizaciones deportivas. Una organización deportiva puede ser tanto el Departamento de Deportes de un Ayuntamiento (muy activos en España desde la muerte de Franco) como un gimnasio comercial o un club deportivo. Nos hemos centrado en las asociaciones deportivas cuya característica fundamental es su organización en base al voluntariado, aspecto que las diferencia de las comerciales o públicas que responden a otro tipo de modelos organizativos. Voluntariamente no utilizamos la denominación club deportivo porque, como en otros países, el club tiene más que ver con el modelo inglés de organización deportiva y excluye, como veremos, otras formas de asociacionismo deportivo voluntario.

Hemos estructurado nuestra presentación en dos partes. La primera trata de la diversidad de las asociaciones deportivas. Ello se analiza tanto desde una perspectiva histórica como de presente. En la segunda se habla del contexto en que se desenvuelve el modelo asociativo del deporte en España. Fenómenos de tipo deportivo, organizativo, político y social se avanzan como posibles explicaciones de la problemática actual del asociacionismo deportivo en este país. Al analizar estos fenómenos se va sugiriendo el tipo de problemas que generan en los distintos tipos de asociaciones. Las conclusiones son un breve resumen de la reflexión realizada.

I.- LA DIVERSIDAD DE LAS ASOCIACIONES DEPORTIVAS

I.1.- Análisis histórico

La génesis de las asociaciones deportivas en Europa no se puede relacionar únicamente con la constitución de los clubes según el modelo inglés. El panorama actual es fruto de una convergencia de tradiciones cuyas raíces, además del deporte inglés, se encuentran en la tradición popular, el movimiento Turnen, etc. A título de ejemplo cabe señalar la importancia de la palabra alemana "Verein" cuya traducción a "Club" no es correcta precisamente porque tiene otro significado histórico y social. La historia del deporte español también muestra estas raíces diferenciadas del asociacionismo deportivo.

Lagardera (1992) tiene un artículo cuyo título ya es revelador del proceso que se comenta: "De la aristócrata gimnástica al deporte de masas: un siglo de deporte en España". Dicho autor demuestra como la introducción del deporte inglés en España a principios del siglo XX simbolizaba un enfrentamiento entre dos corrientes de pensamiento. Es más, dos formas de entender España (la liberal y la conservadora) fuente de los conflictos políticos, revolucionarios y bélicos que azotaron al país y que culminaron con la sangrienta Guerra Civil de 1936 a 1939.

La gimnasia, la hípica, la esgrima... eran actividades aristocráticas o militares y en los foros donde se practicaban cristalizaba la idea de una España que vivía de su ya perdido Imperio para la cual la apertura a nuevas ideas y nuevos modos de hacer hubiera significado una pérdida del poder político y el control social que ejercía. El rechazo de estos sectores al deporte inglés queda perfectamente ilustrado en el siguiente testimonio reproducido por Lagardera:

"Corremos ciegamente a extranjerizarnos. No, no hay término de comparación. Primero el caballo, después el velocípedo. Primero la tradición española, castiza, auténtica y poética llena de gloriosas tradiciones, de amorosas leyendas y de gratísimos recuerdos; después la importación extranjera sosa e insípida en la que todo es cuestión de rutina, de equilibrio".

El deporte inglés, por el contrario, fue abrazado por las élites liberales y la burguesía industrial vasca y catalana que compartía principios ideológicos con las primeras. El deporte, tal como venía de Inglaterra -y que llegó a España a través de técnicos ingleses que trabajaban en las industrias nacientes o de los hijos de los burgueses que habían ido a este país a estudiar nuevas tecnologías-se ajustaba a su modo de entender la vida muy centrado en el esfuerzo, el trabajo, la disciplina. Tales principios eran opuestos a los tradicionales, principalmente porque nunca el trabajo se había considerado como algo dignificante. Trabajaban los pobres, los campesinos, los artesanos... pero no los nobles, los eclesiásticos y los militares sectores dominantes por aquel entonces, propietarios de la tierra y bienes inmuebles en una España donde la industrialización y la clase burguesa apenas existían.

Así, los partidarios de la modernidad abrazaron el deporte inglés como una forma de identidad para distinguirse, para reforzar sus lazos sociales, para consolidar el poder de la burguesía naciente a la cual pertenecían, en definitiva. Y, al tiempo que el trabajo se convertía en su fuente de riqueza, fundaban clubs deportivos. Clubs que contaban con estatutos, que preveían elecciones democráticas, suscripción de acciones, pago de cuotas lo cual significaba, en último término otro modo de entender las relaciones sociales y políticas.

Al principio estos clubs fueron muy elitistas y, de hecho, lo han seguido siendo hasta la actualidad. Sin embargo, hacia los años veinte se asiste a la creación de otros similares compuestos por miembros de las clases medias o trabajadores de cuello blanco (administrativos y vendedores del comercio). Especialmente en Cataluña, la difusión del deporte inglés fue rápida y ello se explica por el proceso de industrialización y cambio del sistema de valores que aconteció en esta región2 .

Otro tipo de asociaciones que no nos atrevemos a calificar, al menos en sus orígenes, como club son las creadas -sobretodo en Cataluña-entorno al excursionismo. Se fundan también a inicios del siglo XX pero sus raíces parecen ser otras. Van muy ligadas al nacionalismo catalán y pretenden reforzar el amor y el conocimiento de Cataluña (su geografía, su flora y fauna, sus tradiciones, su folklore...) mediante el saludable ascenso a sus montañas. La tradición excursionista en Cataluña es muy fuerte y, hasta hoy algunos de sus practicantes, no se identifican como "deportistas" sino como "excursionistas". Es significativo, por último, que estas asociaciones no se denominen "club" sino "centre", "unió", "associació excursionista", etc...

Por último, y cada vez más lejos del deporte inglés, es preciso destacar los círculos ligados a los deportes tradicionales tales como la pelota vasca, la pelota valenciana, los bolos y hasta prácticas todavía más alejadas de la imagen deportiva tales como el levantamiento de troncos o piedras en el País Vasco. Conectan con tradiciones más antiguas que el deporte inglés, son núcleos de cultivo de la masculinidad y en muchas ocasiones asociados a la gastronomía. Raramente en su denominación se contempla la palabra club.

I.2.- El presente

A la hora de establecer una tipología de asociaciones deportivas españolas en el momento actual sería preciso ante todo ver el modo como las distintas genealogías históricas descritas en el apartado anterior se materializan en el presente. Es muy probable, que -salvo excepciones- ya no respondan a realidades concretas sino que más bien se haya producido una fusión entre dos o más. No es extraño, por ejemplo, que centros excursionistas hayan desarrollado secciones de bicicleta, esquí nórdico, esquí alpino más acordes con la lógica del deporte inglés3

Por otro lado, cambios más recientes también han influido en el panorama asociativo favoreciendo la creación de nuevas organizaciones, distintas de las anteriores y que no tienen ningún precedente histórico.

Así pues, la tipología que proponemos es más una hipótesis de trabajo a verificar que una certeza. Somos conscientes de la necesidad de profundizar en las variables caracterizadoras de las tipologías de asociaciones. Nuestra propuesta es la siguiente:

1.-Club distintivo.- Se trata de los clubs más antiguos aunque también los hay de reciente creación (los de golf, en especial). En general están compuestos por clases sociales altas o medias-altas. El número de asociados supera los 500. Suelen contar con instalaciones propias y, aunque en su denominación se hace referencia a un deporte (tenis, polo, golf...) constan con más de una sección deportiva. Tienen equipos que les representan en las competiciones deportivas pero también una intensa actividad deportiva de ocio dirigida al conjunto de personas asociadas. Estos clubs son más que un club deportivo. Son núcleos donde se tejen y refuerzan relaciones sociales, donde sus componentes hablan de negocios, hacen amistades, se enamoran y se casan al tiempo que disfrutan de la actividad deportiva. La pertenencia a estos clubs es símbolo de un determinado estatus, deseado y admirado por algunos y despreciado por otros. Voluntarios en sus orígenes comienzan a profesionalizarse (técnicos deportivos, personal de gestión...) en aras a perfeccionar las ofertas que se realizan.

2.-Club integrador.-Son clubs que se pueden asociar con los tiempos de la inmigración en España que comenzó hacia los años 60 cuando las grandes áreas urbanas (Madrid, Cataluña, País Vasco..) vivían un intenso proceso industrializador. En general están compuestos por grupos de emigrantes de orígenes sociales modestos que fundaban estos clubs entre los suyos4. La referencia al lugar de origen (casi todos ellos lo recogen en su denominación) era un modo de darse una identidad en el de acogida. No suelen contar con instalaciones propias y, en general, tan sólo tienen una sección deportiva, la mayoría de veces de fútbol. El local social es el bar donde además de planear la estrategia deportiva se bebe, se comen tapas y se charla. No cuentan con muchos asociados, vinculan sobretodo a los que participan en competiciones y a quienes organizan las actividades o tienen responsabilidades técnicas. Su duración va ligada al sentido que tiene para el grupo la actividad que se realiza y los lazos sociales que la misma provoca. En cuanto la función integradora desaparece, el club también suele hacerlo. Tales clubs se basan estrictamente en el trabajo voluntario.

3.- Club deportivo.- Sus periodos de fundación oscilan desde muy antiguos a recientes. Recogen un abanico social muy variado. Aunque en sus orígenes pudieran tener un sentido distintivo o integrador, en la actualidad su sentido se centra en el deporte que representan razón por la cual se encuentran vinculados al entramado institucional constituido por las federaciones deportivas. La actividad del club se centra en la organización de equipos -casi siempre centrados en un solo deporte-que participan en competiciones. Son clubs de tamaño medio o pequeño (entre 50 y 300) con una gran movilidad de las personas que los componen. Si un o una atleta deja de participar en la competición es muy posible que su pertenencia al club deje de tener sentido y, en consecuencia, se dará de baja. Además, si esta persona había llegado al club acompañada por un familiar (en general, el padre) que colaboraba en tareas de organización, éste -al dejar de tener una motivación personal-también lo abandonará. Algunos tienen instalaciones propias (bien sea deportivas o locales sociales) y otros no. Ante los retos actuales de la performance deportiva, también se encuentran en la encrucijada de la profesionalización. La continuidad del club se percibe asociada a una calidad de la oferta que pasa, en estos casos, por un buen equipo técnico.

4.- Uniones.- Cumplen en muchas ocasiones funciones distintivas o integradoras. Sin embargo, tienen una orientación menos deportivizada puesto que casi siempre están relacionados con el excursionismo o actividades afines. En Cataluña estos clubs se identifican con el nacionalismo catalán y la adhesión al club significa simpatizar con el mismo. Es precisamente esta orientación ideológica la que crea lazos de unión, que da legitimación y sentido al club de tal modo que el trabajo voluntario prima sobre la profesionalización que, por otro lado, no se hace tan necesaria en el campo técnico puesto que no están orientados a la performance. El tamaño varia aunque algunos de ellos llegan a contar con un número muy elevado de personas asociadas (5000 o más).

5.-Asociación de deportes tradicionales.- Ya nos hemos referido a estas asociaciones al analizar las raíces históricas de las asociaciones deportivas. Nos parece necesario contemplarlas como una tipología particular por las razones aludidas aunque su número no sea significativo por igual en todo España. Abundan en el País Vasco y Navarra y son también núcleos de integradores en otros lugares (Barcelona, Madrid...) donde los emigrantes procedentes de estas regiones se han asentado. El deporte principal entorno al cual se organizan es la pelota vasca en todas sus modalidades.

6.-Asociación de deporte para todos.-Responde a lo que podríamos llamar nuevos desarrollos del deporte. Sus orígenes deben situarse poco antes y, sobretodo, después de la muerte de Franco (Noviembre 1975). El deporte entraba dentro de un conjunto de reivindicaciones relativas a una mejora del bienestar. La crítica al deporte federativo era muy grande puesto que se consideraba limitado a quienes deseaban practicar deporte en un marco competitivo e institucionalizado. Asimismo las críticas iban dirigidas a los clubs que hemos denominado distintivos ya que también eran restrictivos, en este caso por razones de tipo social. Se constituyeron asociaciones que perseguían la promoción del deporte entre toda la población y con la finalidad de que cada cual practicara de acuerdo con sus propias motivaciones: salud, diversión, contactos sociales... El servicio otorgado (deporte) iba asociado a una manera de entender el mundo no exenta de cierto posicionamiento político. Estas asociaciones crearon escuelas de iniciación deportiva en muchos barrios, asociaciones para marchas populares, asociaciones deportivas... que aún hoy en día existen. Tienen tamaños variados, no suelen contar con instalaciones propias, establecen convenios de colaboración con los ayuntamientos, intentan combinar ofertas rentables con otras que no lo son pero que tienen importancia social (personas con disminuciones, tercera edad...) y tienden a una relativa profesionalización con el fin de ofrecer servicios más adecuados. Al mismo tiempo, en algunos casos, se diluye el bagaje ideológico que tanta importancia tuvo en su proceso constituyente.

En relación a las asociaciones de deporte para todos es importante destacar la reciente creación de un marco jurídico que las reconozca. Su existencia legal queda definitivamente fijada en la Ley del Deporte de 1990 donde se las diferencia de los clubs deportivos y son acogidas en el apartado "entes de promoción" (de características similares a los italianos) a diferencia de éstos cuyas organizaciones "paraguas" son las federaciones. En Noviembre de 1994 fue declarado legal el primer ente de promoción en España. Se trata de la Asociación Española de Deporte para Todos (AEDpT). Todo ello es importante porque significa el reconocimiento oficial de una red organizativa distinta a la que constituyen los clubs vinculados a las federaciones deportivas.

7.-Clubs profesionales.-No nos detendremos en ellos puesto que sería entrar en consideraciones que escapan al hilo conductor de esta reflexión. Tan sólo mencionar la existencia de clubs deportivos, totalmente profesionalizados, cuya legitimación viene dada por las victorias obtenidas y el espectáculo que dan. Crean verdaderos sentimientos de adhesión colectiva dando toques de distinción a las ciudades que representan aunque cada vez más también van siendo asociados a patrocinadores comerciales sin los cuales su existencia sería prácticamente imposible. A efectos legales, la Ley del Deporte de 1990 también marca un hito en su existencia. Dicha ley fija que, en caso de déficit económico, deben convertirse en sociedades anónimas deportivas. Es decir, dejan de regirse por el régimen jurídico de asociaciones deportivas y entran bajo la jurisdicción que regula el mundo empresarial.

Como conclusión sobre este primer apartado destacar la diversidad de asociaciones deportivas tanto en el presente como en sus raíces históricas. Hemos podido ver como, aunque se las suela denominar bajo un nombre genérico -unas veces "asociaciones", otras "clubs"-ya desde su fundación tienen lógicas legitimadoras y funciones distintas y sus características estructurales (número de socios, secciones, tipos de deportes...) también lo son. En consecuencia, no es posible interpretar de modo uniforme la situación de las mismas. A nuestro entender, cada uno de los tipos expuestos está condicionado por fenómenos de índole variada, externos a las organizaciones que cristalizan de modo distinto en cada una de ellas. De ello que los problemas a afrontar no sean comunes. A continuación nos ocupamos de los cuatro tipos de fenómenos que, a nuestro entender, configuran el contexto en el cual se desenvuelven actualmente las asociaciones deportivas españolas.

 

II.- EL CONTEXTO DE LAS ASOCIACIONES DEPORTIVAS EN ESPAÑA

II.1.- Cambios en el panorama deportivo

La evolución del deporte de sistema cerrado a sistema abierto ha sido puesta de manifiesto por muchos autores y desde perspectivas teóricas diversas. No nos extenderemos en analizar las causas y describir el proceso. Tan sólo mostrar su repercusión en el mundo de la práctica deportiva. Deportes cada vez más lejanos del modelo tradicional de deporte junto con un espectro de practicantes también cada vez más amplio (personas con disminuciones, hombres y mujeres de edad, amas de casa, jóvenes practicantes de deportes de aventura...). Este distanciamiento del modelo tradicional no significa disminución del número de practicantes sino todo lo contrario; las cifras aumentan aunque sí es cierto que el número de personas con licencia federativa no crece tan rápido como el de practicantes en general. Esta individualización del fenómeno deportivo, por último, se ve acentuada por la incorporación del deporte a los mecanismos del consumo (Heinemann, 1994) lo cual contribuye a su vez a una diversificación de gustos, modos y actitudes frente al hecho deportivo.

Todo ello trae como consecuencia que los clubs, tradicionalmente considerados como la base organizativa del deporte, han perdido centralidad. Antes hacer deporte equivalía a pertenecer a una asociación. Hoy en día los arreglos institucionales ("institutional arrangements") posibles para practicar deporte también se han diversificado mucho: gimnasio privado, asociación de deporte para todos, escuela deportiva, patronato municipal, centro recreativo... y los grupos informales que con la ayuda de las agencias turísticas (alojamiento, viaje, monitores...) o sin ellas realizan deporte por su cuenta. La encuesta realizada por García Ferrando en 1991 muestra que el número de asociados a clubs representa un porcentaje muy pequeño del total de practicantes. Las cifras referidas a la población juvenil consolidan esta tendencia: el 20% de los que practican deporte lo hacen en el marco de una asociación mientras que el 62% del mismo colectivo nunca ha pertenecido a una asociación (García Ferrando, 1993). Además, el 69% de los jóvenes entre 15 y 29 años dicen que no es necesario pertenecer a una asociación para hacer deporte. En realidad, tan sólo se asocian aquellos para los cuales la asociación tiene un sentido: organización de competiciones y lugar de encuentro, principalmente.

Estos cambios en el panorama deportivo afectan estructuralmente a las asociaciones. Cuantitativamente hay menos personas que encuentren en ellas algo que les interese; el público "potencial" no ha aumentado en la proporción que lo ha hecho el número de deportistas. Es curioso observar en este sentido que en los escasos datos empíricos con que contamos los clubs muestran como objetivo principal incrementar el número de asociados lo que liga, obviamente, con la necesidad de generar más recursos económicos destinados a satisfacer los retos que se han planteado.

II.2.-El modelo asociativo voluntario y su capacidad de adaptación a los cambios del deporte contemporáneo.

Si el apartado anterior puede ser general a toda Europa, el que ahora se menciona, parece ser más propio de la realidad española y posiblemente tiene relación con el período franquista.

En una mesa redonda sobre voluntariado y deporte, celebrada en el INEF-C de Barcelona el 12 de Enero de 1995, Antoni Puig -Director del Institut Municipal d'Animació i Esplai (IMAE) de Barcelona y experto en organizaciones voluntariashablaba de la crisis del modelo asociativo voluntario en España. Si el modelo de empresa se ha desarrollado con cierto éxito y el público más o menos también, consideraba que no se había sabido entender el significado del asociacionismo y lo que le distingue de los otros dos arreglos institucionales posibles. Aunque es cierto que el asociacionismo nace de una experiencia colectiva -y, en este sentido, deben darse las condiciones sociales que lo hagan posible- también es necesario entender las diferencias que hay entre este modelo organizativo y los otros que se han mencionado. En España existe la tendencia a considerar que "con buena voluntad, todo es posible"

o el famoso dicho catalán "entre tots ho farem tot". Según Puig esto significa no saber que una organización voluntaria -el club deportivo en el caso que nos ocupa- ha de funcionar como una organización por más voluntaria que sea. En España las asociaciones no se han planteado con claridad:

-¿qué ofrecen?

-¿a quien ofrecen?

-¿mediante qué se ofrecen los servicios?-¿con quien se ofrecen (que hacen los voluntarios, en que momento se necesita profesionalizar ciertas tareas...)?

-etc...

Según el mencionado autor lo principal de una asociación es saber qué ofrece porque es precisamente esto lo que la diferencia de las otras formas organizativas. Y este qué ofrece debe ir unido, además de un servicio adecuado5, a un ideal, a un modelo de referencia. Cuando una persona se adhiere a una asociación ha de sentir que "forma parte de" además de pensar que allí se le está ofreciendo un servicio. Ello es lo que permite diferenciar la asociación del modelo comercial o del público.

Por último, la crisis del modelo también es patente a partir de los textos legales. Casi veinte años de democracia no han servido para modificar la Ley de asociaciones voluntarias del año 1964. La nueva Ley de fundaciones e incentivos fiscales tampoco ayuda. Para que una ayuda a una asociación voluntaria desgrave es preciso que previamente ésta sea declarada de utilidad pública. Ello es muy difícil y requiere de unos complicados trámites administrativos que obstaculizan el éxito de muchas iniciativas por lo cual raras son las asociaciones que hayan tenido éxito en sus intentos.

La crisis del modelo asociativo voluntario en España también se puede analizar a partir de la reflexión la reflexión efectuada por Nicola Porro en la conferencia de clausura del Congreso de la AEISAD (Asociación Española de Investigación Social Aplicada al Deporte) celebrado en Valladolid en Octubre de 19946. Según el autor, para que una organización -en nuestro caso deportiva- consolide su fase de institucionalización debe cumplir con dos condiciones: 1) reconocimiento jurídico; y 2) adhesión a una red; red, significa que la asociación esté vinculada a un tejido institucional y social. Institucional que le da poder porque ya no es una iniciativa aislada sino que hay otras asociaciones que persiguen los mismos objetivos y social porque transmite una idea, un sentido, al cual adhieren personas que comulgan con la misma.

Las asociaciones deportivas españolas tienen un posicionamiento muy variado respecto a las posibles redes de adhesión. Las que hemos denominado distintivas, integradoras, deportivas y uniones combinan la adhesión a una red social con otra institucional. Así, tienen sentido social porque en ellas hay un nexo común entre sus asociados (deporte, distinción, integración, nacionalismo...). Además, a efectos institucionales, están vinculadas a las federaciones deportivas que, además de un sistema organizativo, son un movimiento organizado con capacidad de presión en el ámbito político.

Estas asociaciones, para las que el modelo deportivo tradicional constituye el eje vertebrador y que da sentido a su entramado institucional, se enfrentan a problemas de crecimiento tales como la necesidad de incrementar sus fondos ya que las exigencias de la performance son cada día más elevadas y no pueden ser asumidas por los asociados, la creciente profesionalización con problemas consecuentes sobre el control de la organización originados por conflictos entre profesionales y voluntarios y la necesidad de contar con nuevos asociados. Tienen, por tanto, una red institucional de referencia así como una social (significan algo para quienes pertenecen a las mismas). Gozan de un espacio en el terreno deportivo y si su supervivencia se ve amenazada es más por problemas de mala gestión que por carecer de un espacio en el contexto organizativo.

No sucede lo mismo con las asociaciones de deporte para todos que todavía no han acabado de crear un espacio propio y están constituyendo sus redes institucionales y sociales de adhesión. Si bien aparecieron con una clara intencionalidad (ofrecer el acceso al deporte de los más necesitados, dar vitalidad a la vida colectiva en barrios,etc...) algunas de ellas tienden tienden a convertirse en empresas de servicios con lo cual pierden el espacio diferenciador que más o menos se habían ido creando. Ocurre entonces que viven una situación de asfixia entre la oferta pública y la de mercado.

Desde el punto de vista de adhesión a una red social, el mensaje que transmiten todavía no ha cuajado de forma masiva. Si bien ya tienen el reconocimiento oficial, por el momento no despiertan el sentimiento de pertenencia necesario para dar sentido a una organización. Por otro lado, la adhesión a una red institucional es también difusa. Una red institucional, al margen del sistema federativo, apenas existe, se está constituyendo. Tal situación nos parece propia de España y diferente a la de otros países europeos. Creemos que la causa se sitúa en los tiempos del franquismo.

Italia, Francia, Finlandia... cuentan con organizaciones deportivas cuya tradición arranca del tiempo de los frentes populares en Europa. Es en aquellos años cuando organizaciones de trabajadores crearon sus propias asociaciones deportivas con un contenido ideológico que las diferenciaba del mundo federativo. Con los años han seguido desarrollando sus actividades y cuentan con redes de adhesión tanto sociales como institucionales. Por otro lado, en base a una estructura ya existente, se han ido adaptando al cambio de los tiempos. El caso más paradigmático para nosotros es el de la Unione Italiana dello Sport Popolare que hace poco efectuó un cambio en su paradigma de referencia que queda materializado en el nuevo nombre: Unione Italiana dello Sport per Tutti; "per Tutti" substituye a "Popolare". Con ello se consigue una apertura a los nuevos movimientos sociales italianos utilizando la red institucional construida en el pasado.

Los movimientos populares creados en España entorno al deporte -el más emblemático es la organización de la Olimpiada Popular de Barcelona en 1936 en respuesta a la Olimpiada de Berlín del mismo año (Pujadas&Santacana, 1992)-fueron aniquilados tras la victoria franquista al final de la Guerra Civil. Durante treinta y seis años se borró el pasado y el movimiento asociativo sufrió de la ausencia de libertades existente. Si bien en los tiempos de la transición los movimientos sociales urbanos asumieron el deporte en sus reivindicaciones y situamos en este periodo el nacimiento de organizaciones de deporte para todos, posteriormente estas asociaciones no han encontrado un espacio propio diferenciador. Y, por el momento, se encuentran en un espacio intermedio poco claro situado entre la oferta comercial y, sobretodo, la pública que es como una sombra difícil de eludir.

II.3.- El sector público y el deporte en España

Circunstancias particulares de nuestra historia hacen que el asociacionismo en general, y el deportivo para el caso que nos ocupa, también deba ser analizado a la luz de sus relaciones con el sector público. Por paradójico que pueda parecer a personas de otros países, en España la intervención pública se asocia a democracia y libertad.

El desarrollo urbano e industrial de la España franquista se hizo sin que el Estado regulara las consecuencias de este proceso. Las ciudades crecieron sin que los planes de ordenación urbana fueron respetados y en el marco de procesos especulativos muy grandes. A medida que los déficits aumentaban (falta de escuelas, hospitales, instalaciones deportivas...) el estado franquista mostraba su incapacidad para regular los desequilibrios. Se generó una situación en que asociaciones ciudadanas de toda índole, partidos políticos y sindicatos en la clandestinidad crearon plataformas que reivindicaban la mejora de la calidad de vida. Después de la muerte de Franco tuvieron mucha importancia las movilizaciones populares para la configuración y asunción de responsabilidades del nuevo Estado (Borja, 1976). Como reacción frente a la ineficacia del estado franquista se exigía a los poderes públicos que asumieran responsabilidades en los asuntos colectivos y resolvieran de este modo los déficits existentes. Es así como tanto en la Constitución de 1978 como en los diferentes Estatutos de Autonomía se enfatizaba sobre la responsabilidad del sector público en la mejora de la calidad de vida de la población. El deporte se consideró un bien que debía contribuir al bienestar colectivo y por ello la misma Constitución de 1978 recoge la obligación de los poderes públicos para fomentarlo (artículo 43.3).

El resultado es que el sector público se ha implicado fuertemente en el deporte y, especialmente, en el ámbito de la promoción del deporte. Ello hace que, probablemente, de modo involuntario haya ocupado el espacio que en otros países es de las asociaciones. En España, el movimiento asociativo deportivo ha de posicionarse respecto al sector público. En algunos casos es muy dependiente del mismo (básicamente debido a subvenciones que recibe por una cierta incapacidad de generar recursos propios), en otros queda anulado por el mismo (el sector público emprende iniciativas de promoción del deporte entrando en competencia con las asociaciones) y, por último, se dan circunstancias de colaboración (asociaciones e instituciones públicas pactan formas de colaboración) (Puig;Heinemann, 1995).

Un ejemplo concreto de estas formas de colaboración, es la política seguida por algunos ayuntamientos en materia de deporte para todos. Los casos de Zaragoza, Córdoba y Valladolid son los más claros a este respecto. En un principio (después de las primeras elecciones municipales en 1979), por las razones ya mencionadas, la tendencia fue de asumir directamente la promoción del deporte. Así, no solo se procuró construir instalaciones sino que los propios ayuntamientos contrataron personal para llevar adelante los programas. Ello era entrar en competencia con asociaciones allí donde existieran. Sin embargo, en la mayoría de casos, lo que ocurría es que las asociaciones existentes tan sólo se dedicaban al deporte federativo y ninguna cubría el espacio destinado a la promoción del deporte entre toda la población.

En una segunda fase, los ayuntamientos tomaron la iniciativa de transferir las competencias que habían asumido inicialmente a asociaciones que o bien existían o bien habían sido creadas a propuesta de los mismos ayuntamientos7.

Por último, y con ello ya nos situamos en la década de los noventa, puede hablarse de una fase de autonomía. Las mencionadas asociaciones están consolidadas, funcionan autónomamente y, en algunas ocasiones, establecen formas de colaboración con el sector público asumiendo tareas que éste les delega.

II.4.- Ocio, deporte y usos sociales en España

Creemos que para entender totalmente el contexto donde se desenvuelven las asociaciones deportivas españolas, también es necesario remitirse al conjunto de aspectos que regulan la vida social española. No estamos en condiciones de ofrecer una teoría, tan sólo elementos para la reflexión. Sin embargo, coincidimos con Klaus Heinemann cuando en la introducción al I Seminario sobre organizaciones deportivas celebrado en Barcelona decía que la estructura familiar también afectaba a las organizaciones deportivas. En España, la atención a los ancianos, el apoyo a una persona en dificultades (paro, depresión...), la celebración de fiestas señaladas, etc. se realiza mucho en el ámbito familiar. No se ha producido la movilidad geográfica de otros lugares que ha conducido a la disgregación de la familia tradicional y ha obligado a crear un tejido institucional sólido que dé el apoyo necesario a las situaciones descritas. Si bien en España existen hogares para ancianos, oficinas de desempleo... creemos (un estudio comparativo ayudaría a confirmar esta hipótesis) que su desarrollo es inferior al de otros lugares. Entonces -y siempre en el terreno de las hipótesis8 -es posible que si se observa un grado de voluntariado inferior en las asociaciones deportivas ello sea debido a que el trabajo voluntario tiene lugar en el ámbito familiar.

Por otro lado, también es preciso reflexionar sobre las diferencias que puedan darse entre la participación en asociaciones deportivas y otras dedicadas a otras actividades de ocio. En algunas regiones se comenta la falta de trabajo voluntario en asociaciones deportivas mientras que en otras hay muchas personas que colaboran voluntariamente. comisiones de fiestas mayores, carnavales, cofradías que organizan las procesiones de Semana Santa, tunas (grupos musicales de estudiantes universitarios), bandas de música, sociedades gastronómicas, etc. ¿Qué ocurre, pues con el deporte -y, en especial con asociaciones de nuevo tipo tales como las de deporte para todos-que tanta dificultad tienen de cuajar en un modelo asociativo voluntario?.

A nuestro entender, el deporte en muchos lugares de España está desprovisto de los significados sociales atribuidos a otras actividades de ocio. Es una actividad "moderna" que, salvo en el caso del modelo tradicional (el vinculado a la estructura federativa y orientado a la consecución de la performance), no ha entrado en los tejidos de las relaciones sociales de la mayoría de la población. Se asocia más con estar en forma, adelgazar, sentirse bien con el propio cuerpo... que como un modo de relacionarse. Se hacen reuniones para organizar una fiesta o una procesión o un campeonato. Sin embargo, para estar en forma, se va al patronato municipal o al gimnasio; no es necesaria la asociación porque el servicio que se necesita no se asocia con ninguna red de adhesión social en la cual se podría fundamentar una institucional. No hay una idea más allá del deporte que dé sentido a la existencia de un tejido asociativo.

 

CONCLUSIONES

Una vez puesta de manifiesto la diversidad de las asociaciones deportivas en España, hemos querido esbozar cuatro ejes de reflexión teórica que expliquen esta diversidad y ayuden a entender las diferentes problemáticas que afectan a las asociaciones voluntarias de deporte en este país. Dichos ejes de reflexión eran los siguientes: 1) cambios en el panorama deportivo; 2) la capacidad de adaptación al cambio del modelo asociativo voluntario; 3) el sector público y el deporte en España; y 4) ocio, deporte y usos sociales en España. Nuestra conclusión más importante es que estos cuatro factores han introducido cambios en el panorama de las asociaciones deportivas españolas. Por un lado, las que se basan en la lógica del sistema federativo se ven afrontadas a problemas de "reconversión" condicionados sobretodo por los cambios en el deporte y las exigencias de la performance que les obligan a una gestión más eficaz por más voluntarias que sean. Por el otro, las asociaciones más centradas en el deporte para todos se enfrentan a la búsqueda de un espacio propio que las diferencie de la oferta comercial y la pública. Razones de índole histórica y de la percepción del deporte en el conjunto de usos y costumbres de la mayoría de la población hacen difícil, que a nivel general, pueda surgir un paradigma que les de sentido social y favorezca la constitución y posterior adhesión a un tejido institucional.

En cualquier caso, tal como comentábamos en la presentación del presente artículo, debe quedar claro que hay un vacío muy grande en el estudio de las organizaciones deportivas españolas. Por ello, queremos terminar artículo expresando el deseo que las instituciones responsables ofrezcan recursos para poder llevar a cabo investigaciones en este ámbito y que haya personas a quienes el tema resulte suficientemente atractivo como para que dediquen sus esfuerzos investigadores al mismo.

 

 

REFERENCIAS

HEINEMANN, K. (1994): El deporte como consumo. In Apunts. Educació Fisica i Esports, (37), pp. 49-56.

LAGARDERA, F. (1990): Una interpretación deportiva en torno a los orígenes del deporte contemporáneo en Cataluña, tesis doctoral no publicada, Universitat de Barcelona, Departament de Teoria i Història de l'Educació, Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya.

LAGARDERA, F. (1992): De la aristócrata gimnástica al deporte de masas: un siglo de deporte en España. In Sistema, (110-111), pp.9-36.

PORRO, N. (1994).-El deporte como "arena" política, conferencia de clausura en el Congreso "Los retos de las Ciencias Sociales aplicadas al deporte" organizado por la Asociación Española de Investigación Social Aplicada al Deporte (AEISAD) y el Instituto Universitario del Deporte de la Universidad de Valladolid, Valladolid.

PUIG, N. (1995): Sport Sociology in Spain . In International Review for the Sociology of Sport,(2), vol. 30, pp.123-140.

PUIG,N.& HEINEMANN, K. (1995): Institucions públiques i desenvolupament de l'esport a Catalunya. Proposta d'un marc teóric interpretatiu. In: Acàcia, (4), Publicacions de la Universitat de Barcelona, pp. 123-143.

PUJADAS, X.& SANTACANA, C. (1992): The Popular Olympic Games, Barcelona 1936: Olympians and Antifascists. In: International Review for the Sociology of Sport, vol.27, (2), 139-150.

PUJADES, X.; SANTACANA, C. (1994): Història il.lustrada de l'esport a Catalunya, Barcelona, Columna-Diputació de Barcelona.

 

ANOTACIONES

1Una primera versión de este artículo fue presentada como comunicación en el II "Seminario internacional sobre las organizaciones deportivas en Europa" celebrado en Colonia (R.F.A.) en Mayo de 1995 en la Deutsche Sporthochschule bajo los auspicios del "Klub de Köln".

El primer Seminario sobre el tema se celebró en la sede del INEF-Catalunya de Barcelona con el apoyo de la Secretaria General de l'Esport de la Generalitat de Catalunya. Dichos encuentros reúnen a personas de diversos países europeos con el fin de llegar a realizar una investigación comparativa sobre las organizaciones deportivas en Europa.

La contribución española ha sido posible hasta el momento gracias al apoyo de las siguientes instituciones: INEF-Catalunya, Secretaria General de l'Esport de la Generalitat de Catalunya, Diputació de Barcelona y la Dirección General de Investigación Científica y Técnica del Ministerio de Educación y Ciencia en el marco de las Acciones Integradas Hispano-Alemanas 1995.

2 Para mayor información sobre este aspecto recomendamos la consulta de: -LAGARDERA, F., 1990: Una interpretación deportiva en torno a los orígenes del deporte contemporáneo en Cataluña, tesis doctoral no publicada, Universitat de Barcelona, Departament de Teoria i Història de l'Educació, Institut Nacional d'Educació Física de Catalunya. -PUJADES, X.; SANTACANA, C., 1994: Història il.lustrada de l'esport a Catalunya, Barcelona, Columna-Diputació de Barcelona.

3A este respecto es muy interesante ver el intenso debate que se produjo en las asociaciones excursionistas a inicios de siglo sobre la conveniencia o no de acoger actividades deportivas en su seno. Ver a este respecto Andreu; Lagardera; Rovira, 1995.

4Es preciso señalar que la emigración en España no ha sido un fenómeno de decisiones individuales aisladas pero más bien un conjunto de decisiones tomadas en un tejido de relaciones interpersonales: alguien decide dejar "el pueblo" y, a la vista de una mejora de su situación en el lugar de destino (la carta a la familia, el regreso para las vacaciones...), otros familiares o amigos le siguen instalándose en el mismo barrio -hasta en la misma calle-y muy probablemente trabajando en la misma fábrica. Así, en barrios de las grandes aglomeraciones urbanas terminan por encontrarse grupos de personas procedentes de los mismos pueblos y reproducen costumbres, tradiciones, fiestas...

5Sobre esta necesidad de ofrecer un buen servicio por parte de las asociaciones, el autor decía que se debe producir una "reconversión" de las mismas. Utilizaba esta palabra en recuerdo de los planes de reconversión de la industria que se desarrollaron en España en la década de los 80.

6Las actas del Congreso están en fase de edición. Las personas interesadas en conseguirlas excepto quienes son miembros de la asociación que las recibirán directamente en su domiciliopueden dirigirse a la secretaría de la asociación: Sr. Fco. García de la Torre, Asociación Española de Investigación Social aplicada al Deporte (AEISAD), apartado de correos 202, 31080-PAMPLONA.

7Por supuesto que ello tan sólo era posible si existía un colectivo con voluntad de organizarse en aras de alcanzar un fin común.

8Por el momento no tenemos estudios empíricos de alcance suficiente como para saber exactamente el grado de participación voluntaria en las asociaciones deportivas. Podría ser que, una vez finalizado el trabajo desarrollado actualmente por Antonio Moreno en la provincia de Barcelona y a la luz de los primeros resultados que se están obteniendo en estos momentos (Febrero 1995), llegáramos a la conclusión de que, al menos en este lugar, "hay más voluntariado de lo que creíamos".