Motricidad.European Journal of Human Movement, 2000:6, 47-66

ANÁLISIS DE LOS MOTIVOS PARA PARTICIPAR EN FÚTBOL Y EN TENIS EN LA INICIACIÓN DEPORTIVA

González, G. Tabernero, B. y Márquez, S.
Instituto Nacional de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de Castilla y León

RESUMEN

El objeto de nuestro estudio fue el análisis de las diferencias motivacionales para el inicio en la practica de fútbol y tenis. Se estudiaron 100 jóvenes (50 tenistas y 50 futbolistas) de edades comprendidas entre los 8 y 15 años que completaron la versión en castellano del “Participation Motivation Inventory” de Gill y cols (1983). De forma general, los motivos para practicar deporte son similares en ambas especialidades, y éstas son de carácter intrínseco al propio deporte. La participación de los niños en fútbol está más influenciada por los padres que la participación de los tenistas y estos consideran más importantes la diversión y los factores de ejecución que los futbolistas. A medida que aumenta el nivel de competición, los deportistas valoran más las recompensas extrínsecas. Los niños le dan más valor a los motivos competitivos para practicar deporte que las niñas. Los niños más pequeños conceden mayor importancia a la figura del entrenador, como aspecto influyente en su motivación para participar en el deporte. El cuestionario utilizado se presenta como un instrumento útil para evaluar la motivación hacia el deporte en la iniciación deportiva.
PALABRAS CLAVE:Fútbol, tenis, motivación, iniciación deportiva.

ABSTRACT

The purpose of our study was to investigate motivation reasons for sport initiation in soccer and tennis. One hundred youth (50 tennis players and 50 soccer players), 8-15 year-old completed the Spanish version of the “Participation Motivation Inventory” by Gill y cols (1983). Reasons for participation are mainly intrinsic and similar in both sports. Parents influence and enjoyment and performance factors are given more importance in tennis than in soccer. Extrinsic motivation increases with age. Boys give more importance to competition reasons than girls. Coaches role is more important for younger children. This questionnaire appears to be a useful instrument to assess motivation in sport initiation.
KEY WORDS: Soccer, tennis, motivation, sport intiation

Durante los últimos años viene produciéndose un notable incremento de la participación infantil en competiciones deportivas organizadas (Lázaro y cols., 1996);. A finales de los años 70, en Estados Unidos, participaban en programas deportivos entre 16 y 20 millones de jóvenes de 6 a 16 años (Cei, 1996). A nivel nacional no conocemos cifras fiables de la participación, pero por datos obtenidos de estudios municipales y comarcales, parece haber crecido de forma similar a otros países (Lázaro y cols., 1996); en concreto, en Castilla y León un total de 93.402 niños y niñas participaron en el programa Deporte Base durante el curso 1996-97 (Junta de Castilla y León, 1997) Si bien es cierto que la participación en estos programas aumenta, también el número de abandonos es numeroso (Cruz, 1987), presentándose ésta como una de las áreas de estudio de naturaleza psicológica de mayor importancia en el deporte infantil y juvenil (Gould, 1982).

Muchas son las razones que pueden explicar el alto índice de abandonos (problemas de estudios, desadaptación, etc.); pero una de ellas parece manifestarse en la iniciación como fundamental y destacable por encima de las demás, y esta es la motivación (Gordillo, 1992). La motivación hacia el deporte ha sido tradicionalmente una de las preocupaciones principales de los entrenadores deportivos y profesores de educación física (Morilla, 1994), ya que sabemos que cuando se consigue captar la atención y atraer el interés del grupo de trabajo existen condiciones óptimas para conseguir los objetivos propuestos (Gordillo, 1992) y para poder diseñar programas deportivos que cubran ampliamente las necesidades de los atletas, contribuyendo con ello a su desarrollo personal (Gould, 1982).

Aunque la motivación ha sido definida de diferentes maneras, en general, todas las definiciones coinciden en referirla a la intensidad y dirección del comportamiento (Morilla, 1994). La dirección se refiere a sí el individuo busca, se aproxima o se siente atraído por ciertas situaciones y la intensidad se refiere a la cantidad de empeño que una persona emplea en una situación determinada (Weinberg y Gould, 1996).

El área de la motivación en el ámbito deportivo se interesa especialmente en las razones por las que los jóvenes hacen deporte (Cei, 1996). El interés sobre este tipo de investigaciones se viene reafirmando desde finales de los años setenta y, especialmente en las últimas años, las investigaciones en psicología del deporte intentan entender cuáles son los motivos que llevan a los niños a la práctica deportiva (Balaguer y Atienza, 1994).

Actualmente la mayoría de los trabajos sobre motivación consideran que depende de la interacción de los factores personales (personalidad, necesidades y motivos) y los situacionales (la importancia de un partido o acontecimiento deportivo, las características del oponente y la orientación utilizada por el entrenador). Esta aproximación considera que para que los jóvenes deportistas mantengan o aumenten su motivación hacia la práctica deportiva, debería llegar a conocerse cuáles son los motivos que les llevan a practicar deporte. Precisamente el interés por conocer los motivos que llevan a los jóvenes a practicar deporte ha preocupado a gran número de autores que han diseñado investigaciones para identificarlos. Está quedando claro, a raíz de las investigaciones más recientes, que los jóvenes deportistas se acercan más al deporte por motivos intrínsecos que extrínsecos (Wankel y Kreisel, 1985; Ryckman y Hamel, 1993; Lázaro y cols., 1996; Villamarín y cols., 1998), así como la existencia de una clara relación entre la motivación y el rendimiento (García y Llames, 1992).

Las limitaciones principales de los estudios realizados en la fase inicial sobre motivación en la práctica deportiva vienen dadas por la utilización de medidas siempre diferentes, a menudo creadas por los investigadores para cada estudio específico (Cei, 1996). Un progreso en este ámbito ha sido el desarrollo de un cuestionario que describe las principales razones que incitan a la actividad deportiva y que ha sido utilizado con resultados bastante positivos (Gill y cols., 1983). Dos han sido los objetivos que sus autores se propusieron con este cuestionario: por un lado, construir una medida estándar de la motivación en la práctica deportiva del joven; y por otro lado, examinar a nivel descriptivo las razones que determinan la elección deportiva (Cei, 1996). El cuestionario original consistía en 30 afirmaciones, que indicaban posibles motivos por los que se practica un deporte. Los sujetos, un total de 720 chicos y 418 chicas, que realizaban diferentes deportes (beisbol, baloncesto, golf, tenis, atletismo, fútbol, fútbol americano, voleibol, lucha libre y gimnasia) debían expresar su grado de acuerdo sobre cada una de las afirmaciones sirviéndose de una escala Likert de 3 puntos, referida a si el motivo era muy importante, algo importante o nada importante. De los resultados citados anteriormente emergen otros factores específicos: éxito y estatus, pertenecer a un equipo, sentirse en forma, descargar tensión, desarrollar habilidad, amistad, diversión y un factor miscelánea.

Desde la publicación del cuestionario anteriormente citado, diversos investigadores los han utilizado para analizar los motivos de práctica deportiva en diferentes deportes, tanto respetando la versión original en lengua inglesa (Gould y cols., 1985; Klint y Weiss, 1987; Ryckman y Hamel, 1993) como haciendo adaptaciones a diferentes idiomas: español (Durand, 1988; Balaguer y Atienza, 1994; Lázaro y cols., 1996; Villamarín y cols., 1998), italiano (Cei y cols., 1993), chino (Wang y Wiese-Bjornstal, 1996) y otros.

El objeto de nuestro estudio es buscar la existencia de diferencias motivacionales que lleven a los niños a practicar dos deportes diferentes como son el fútbol y el tenis. El fútbol, considerado tradicionalmente como un deporte de masas y el tenis, un deporte elitista. García Ferrando (1993) habla del tenis y el fútbol como el 5º y el 1º deporte más practicado por los jóvenes; sin embargo en los datos del Anuario Deportivo de Castilla y León apreciamos que, en el programa de deporte base participaron un total de 14.746 futbolistas, frente a los 124 participantes en tenis. Esta diferencia que existe en el deporte escolar puede deberse al mayor coste económico que tiene el tenis, por lo que son los clubes de carácter privado los primeros y grandes promotores de este deporte (Solanellas, 1996)

2. METODOLOGIA

La muestra estaba compuesta por un total de 100 jóvenes, de edades comprendidas entre los 8 y los 15 años (M=11,4, DT=2,2) (M: media; DT: desviación típica). Los sujetos entrenaban una M de 4,8 horas a la semana (DT=3,3) y llevaban practicando deporte una media de 3,6 años (DT=2,0).

Para el análisis de diferencias por edades se dividió a los sujetos en tres grupos de edad: menores de 11 años (n=35), de entre 11 y 12 años (n=40), y más de 12 años (n=25).

Los jugadores de fútbol (n=50) pertenecían a los equipos alevín e infantil de los clubes San Lorenzo y El Ejido, de la ciudad de León. Los jugadores eran todos varones con una M de edad de 11,4 años (DT=2,1); llevaban jugando al fútbol una media de 3,3 años (DT=1,7) y entrenabann una media de 3,7 horas a la semana (DT=0,8).

Los jóvenes tenistas (n=50) pertenecíann a las escuelas de tenis del Real Club de Tenis de Avilés, del Centro de Tecnificación de La Morgal y del Club Espartal de Salinas. La muestra estaba compuesta por 26 niñas y 24 niños, con una media de edad de 11,5 años (DT=2,2), que llevaban practicando este deporte 3.9 años (DT=2,2) y que entrenaban una media de 5,8 horas a la semana (DT=4,2).

El cuestionario utilizado en esta investigación es la versión en castellano del “Participation Motivation Inventory” (Gill y cols 1983) presentada por M. Durand (1988). En este cuestionario los sujetos han de valorar la importancia de una serie de motivos por los cuáles practican un deporte determinado. Para cada uno de los 30 items los sujetos responden si creen que ese motivo es “muy importante”, “algo importante” o “nada importante” para jugar al fútbol o al tenis, dependiendo del caso. Hemos realizado la modificación del ítem 29 propuesta por Balaguer y Atienza (1994), quedando definitivamente redactado como “Me gusta divertirme” en lugar de “Me gusta entretenerme”.

Para la administración de los cuestionarios se pidió la colaboración de los entrenadores de los diferentes equipos y clubes, a los que se les explicó detalladamente los objetivos del estudio. Uno de los días de entrenamiento se pidió a los jugadores que, de forma voluntaria, respondiesen el cuestionario. El cuestionario fue completado individualmente al principio de la sesión de entrenamiento, no empleando más de cinco minutos en hacerlo.

Los datos han sido tratados obteniendo la media (M) y la desviación típica de la media (DT) para cada uno de los ítems. Para analizar las diferencias en las variables de sexo, edad y especialidad deportiva se ha utilizado la prueba t de Student, considerando significativos valores de p<0,05.

3. RESULTADOS

3.1. Descriptivos

El primer paso en el análisis de las respuestas de los jugadores consistió en determinar la importancia que le habían concedido a cada una de las 30 razones expuestas en el cuestionario.

En la Tabla 1 se ofrece el valor medio que los tenistas concedieron a los 30 motivos analizados, así como las desviaciones típicas de cada valor. Como podemos observar, los motivos más valorados por los tenistas son: “Quiero estar físicamente bien” (M=1,04), “Quiero mejorar mi nivel” (M=1,04), “Quiero mejorar mis habilidades” (M=1,06), “Me gusta divertirme” (M=1,06), “Me gusta hacer ejercicio” (M=1,10) y “Quiero mantenerme en forma” (M=1,13).

En el otro extremo los motivos que se valoraron como menos importantes fueron: “Es por satisfacer a mis padres o amigos” (M=2,76), “Quiero ser importante y popular” (M=2,29), “Me gusta sentirme importante” (M=2,08), “Me gustan los desafíos” (M=1,98) y “Me gustan las recompensas” (M=1,90).

Los valores medios que los futbolistas concedieron a cada uno de los 30 motivos del cuestionario, así como las desviaciones típicas de cada valor, están reflejadas en la Tabla 2. Los motivos valorados como más importantes por los jóvenes futbolistas son: “Quiero mantenerme en forma” (M=1,07), “Me gusta hacer ejercicio” (M=1,10), “Quiero aprender nuevos movimientos o habilidades” (M=1,11), “Quiero estar físicamente bien” (M=1,17),”Me gusta el deporte en grupo” (M=1,17) y “Me gusta divertirme” (M=1,20). Los motivos señalados como menos importantes por los futbolistas son: “Es por satisfacer a mis padres o amigos” (M=2,50), “Quiero ser importante y popular” (M=2,17), “Me gusta sentirme importante” (M=2,09), “Quiero gastar energía” (M=2,07) y “Me gustan los desafíos” (M=1,91).

La baja consistencia interna de los factores de la escala aconseja realizar los análisis diferenciales basándose en los valores de los items, y no en función de las puntuaciones obtenidas a nivel de factores.

Diferencias generales entre tenis y fútbol: En la tabla 3 comparamos los valores medios que los deportistas dan a cada motivo del cuestionario. Podemos ver que los jóvenes tenistas valoran más importante el “mejorar las habilidades” (M=1,06 en tenis; M=1,28 en fútbol), así como “mejorar el nivel” (M=1,04 en tenis; M=1,22 en fútbol). También la diferencia es significativa en la respuesta “Me gusta divertirme”, siendo este ítem más valorado por los tenistas (M=1,06) que por los futbolistas (M=1,20). El gusto por los “viajes” es también valorado de forma más importante por los tenistas (M=1,31) que por los futbolistas (M=1,67). Por contra, los futbolistas dan más importancia al “deporte en grupo” (M=1,17 en fútbol; M=1,35 en tenis) y el “satisfacer a padres y amigos” (M=2,50 en fútbol; M=2,76 en tenis). En esta línea, los tenistas señalan también como menos importante, aunque no sea estadísticamente significativo, los aspectos relacionados al “sentirse/ser importante y popular”, “alcanzar un status” y “ganar”.

Diferencias por edad: Los deportistas fueron divididos en tres grupos de edad, menores de 11 años (n=35), 11 y 12 años (n=40), y más de 12 años (n=25). Como puede apreciarse en las Tablas 4, 5 y 6 encontramos las siguientes diferencias entre jugadores de tenis y de fútbol en función de la edad:

Los tenistas menores de 11 años (Tabla 4)consideran más importante, (M=1,00) el “mejorar habilidades” y “mejorar el nivel” que los futbolistas (M=1,30 y M=1,15 respectivamente). Asimismo también consideran más importante el “hacer nuevos amigos” (M=1,00) que los futbolistas (M=1,15) y el “utilizar el equipo” (M=1,00 en tenistas, M=1,30 en los jugadores de fútbol). Por contra valoran como menos importante el “salir de casa” (M=1,79 en tenistas, M=1,35 en futbolistas) y el hecho de “satisfacer a sus padres o amigos”, aunque estadísticamente no sea significativo en este tramo de edad.

En el tramo de edad entre los 11 y 12 años (Tabla 5), los tenistas siguen considerando como más importante el “mejorar las habilidades” que los futbolistas (M=1,08 en tenistas, M=1,33 en futbolistas). “Estar con mis amigos” es otro motivo que vuelven a considerar más importante (M=1,24 en tenistas, M=1,60 en futbolistas); también dan más importancialos tenistas al “salir de casa” (M=1,32 en tenistas, M=1,76 en futbolistas). Por contra, los jóvenes jugadores de fútbol valoran como más importante, en estas edades el deporte en grupo (M=1,13 en futbolistas, M=1,44 en tenistas). En este tramo de edad los futbolistas vuelven a considerar como más importante el “satisfacer a mis padres o amigos”, si bien vuelve a no ser estadísticamente significativo.

Los tenistas mayores de 12 años (Tabla 6) consideran “mejorar el nivel” (M=1,00) más importante que los futbolistas (M=1,36), así como “salir de casa” (M=1,41 en tenis, 2,09 en fútbol), “los viajes” (M=1,08 en tenistas M=1,82 en fútbol) y “estar físicamente bien” (M=1,08 en tenis, M=1,18 en fútbol). En este grupo de edad, los tenistas conceden más importanciaque los futbolistas a “ganar” (M=1,25 en tenis, M=1,73 en fútbol) y “sentirse importante” (M=1,83 en tenis, M=2,36 en fútbol). Vuelve a haber diferencias en el item “satisfacer a mis padres o amigos”, siendo considerado más importante por los futbolistas, aunque vuelve a carecer esta diferencia de valor estadísticamente significativo.

Diferencias por sexo: Al estar la muestra de futbolistas compuesta exclusivamente por varones, analizamos las diferencias existentes entre los niños y niñas de la muestra de tenistas (Tabla 7). Las niños (n=24) que juegan al tenis dan más importancia al “gusto por las emociones” (M=1,33 en niños, M=1,70 en niñas) y por los “desafíos” (M=1,71 en niños; M=2,22 en niñas). También las diferencias son significativas al valorar los niños como más importante el “alcanzar un status” (M=1,29 en niños; M=1,93 en niñas) y “hacer aquello en lo que destacan” (M=1,37 en niños; M=1,85 en niñas). El “gastar energía” (M=1,08 en niño; M=1,63 en niñas) es también considerado más importante por los niños. Destaca la importancia que los niños dan al “satisfacer a padres y amigos” (M=2,50), frente a la que le dan las niñas, ya que la totalidad de ellas lo consideraron como “nada importante” (M=3,00).

La importancia concedida tanto por los tenistas como por los futbolistas a los diferentes ítems de la escala nos indica que los motivos más importantes para practicar ambos deportes son “mejorar el nivel”, “estar físicamente bien”, “divertirme”, “hacer ejercicio”, “mantenerse en forma”, “aprender nuevos movimientos o habilidades”, y “hacer nuevos amigos”. Estos resultados van en línea con lo encontrado por Gill y cols. (1983), Gould y cols. (1985), García Ferrando (1993), Balaguer y Atienza (1994) y Villamarín y cols. (1998), lo que demuestra que los jóvenes tienen motivos similares para practicar diferentes deportes. En el otro extremo, los motivos que fueron valorados por unos y por otros como menos importantes fueron: “satisfacer a padres o amigos”, “ser importante y popular” y “sentirse importante”, datos que también corresponden con los obtenidos por Balaguer y Atienza (1994) y Villamarín y cols. (1998) en jovenes tenistas.

Es decir, que los motivos que llevan a los niños a jugar tanto al tenis como al fútbol están orientados, en general, a la ejecución y no a los resultados. Los niños practican por aprender, por divertirse, por estar en forma, por hacer nuevos amigos, por mejorar; mientras que los motivos orientados a los resultados tales como ganar, ser importante y popular, hacer aquello en lo que destacan, las recompensas, quedan en un lugar más bajo, sobre todo en las niñas. Los resultados de nuestro estudio se corresponden con las investigaciones anteriores (Ryckman y Hamel, 1993; Wankel y Kreisel, 1985; Klint y Weiss, 1987; Lázaro y cols., 1996), dejando claro que los jóvenes se acercan más al deporte por motivos intrínsecos que extrínsecos. Por ello los entrenadores de equipos de iniciación deportiva, para satisfacer las demandas de los jóvenes, habrán de hacer hincapié en el desarrollo y mejora de habilidades básicas y específicas, así como en la diversión, dentro de sus programas de entrenamiento.

Aunque los jugadores de tenis tienen generalmente los mismos motivos que los de fútbol para practicar deporte, hemos encontrado algunas diferencias entre ellos. El gusto por el deporte en grupo es un motivo valorado como más importante por los futbolistas, debido evidentemente a que el fútbol es un deporte colectivo y el tenis no.

Nos gustaría destacar la diferencia que encontramos en todos los grupos de edad entre la importancia que conceden futbolistas y tenistas al motivo “satisfacer a padres y amigos”. A pesar de que en ambos deportes este ítem es valorado como el menos importante, los futbolistas dan más importancia a satisfacer a los padres que los jugadores de tenis. Teniendo en cuenta este dato, y considerando también que los jugadores de fútbol dan más importancia a “ser importante y popular” y “ganar”, y menos a motivos de ejecución (mejorar habilidades, mejorar el nivel) y de diversión, podemos pensar que los jugadores de fútbol están más influenciados por los padres que los tenistas. En un estudio sobre los motivos por los cuales los alumnos de una escuela de fútbol se inscriben en la misma, Sirera y cols. (1995) obtienen como razón más importante “porque me gustaría ser un futbolista profesional”. El fútbol, gracias a la publicidad que le rodea, se ha consolidado como una de las mejores formas de promoción social; figuras como Maradona o Pelé, surgidos de los barrios más pobres de sus ciudades, y encumbrados a la categoría de ídolos nacionales, de dioses, han contribuido a que el fútbol sea considerado por muchos padres como una buena alternativa para el futuro de sus hijos. Por el contrario, el padre de un joven jugador de tenis, es por lo general miembro de un club privado y con cierta categoría social, y que no demuestra tanta preocupación por el futuro deportivo de su hijo; el niño practica e tenis porque todos los niños del club lo hacen y se divierten. De hecho el hacer nuevos amigos y estar con ellos son motivos señalados como más importantes por los tenistas que por los jugadores de fútbol en todos los grupos de edad.

Debemos matizar que en los datos de nuestro estudio, los tenistas de más de doce años conceden más importancia a ganar y sentirse importante que los jugadores de fútbol de esa misma edad. Esto puede contradecir lo expuesto anteriormente, pero hemos de considerar que este grupo de tenistas era el que pertenecía al Centro de Tecnificación de la Morgal (Asturias) donde el nivel competitivo es muy alto. Se corresponde este resultado con los de Ryckman y Hamel (1992, 1995), que también encuentran un grado más alto de “hipercompetitividad” en varones con un nivel de implicación elevado en el deporte. No obstante, este grupo de tenistas sigue dando más importancia al mejorar el nivel y estar físicamente bien que los jugadores de fútbol.

También hemos encontrado diferencias en función de la edad y el sexo, similares a las detectadas por Balaguer y Atienza (1994) o Villamarín y cols. (1998). Así, aunque no sean significativas, los niños consideran más importantes motivos orientados al resultado: como la competición, los desafíos, alcanzar un estatus, hacer aquello en lo que destacan y satisfacer a padres o amigos que las niñas.

Un motivo diferente en función de la edad, que se da en ambos deportes, es que “gustar el entrenador” resulta tanto más importante cuando más pequeños son; resultado obtenido también por Gould y cols. (1985), que lleva a pensar en la gran importancia que tiene el entrenador como elemento motivador en la iniciación deportiva. Esto, unido al hecho de que los más pequeños están más motivados por factores externos (utilizar el equipo, estar con amigos, satisfacer a padres, etc.) es un aspecto a considerar por los entrenadores en su metodología de enseñanza, utilizándolos como refuerzos en las primeras fases del aprendizaje.

Por último, debemos referirnos a la estructura del instrumento utilizado para la toma de datos, versión española del “Inventario de Motivos para la Práctica Deportiva” con la modificación del ítem 29 (siguiendo la propuesta de Balaguer y Atienza). En vista de los valores medios obtenidos tanto en tenis como en fútbol (M= 1,06 y M= 1,20, respectivamente), similares a los valores de la versión original (M= 1,15), aconsejamos la utilización de la actual traducción, quedando dicho ítem 29 traducido “por divertirse” en lugar de “por entretenerse”. Además, la mayoría de los autores (Gill y cols., 1983; Fernández y cols., 1997; Lázaro y cols., 1996; García, 1993) apuntan a que la diversión es uno de los motivos más importantes en la iniciación deportiva, aspecto que no quedaría reflejado con la anterior versión de Durand (1988).

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