Motricidad.European Journal of Human Movement, 2008: 21, 123-141

RELEVANCIA DE LOS CLIMAS MOTIVACIONALES DE LOS OTROS SIGNIFICATIVOS SOBRE LOS COMPORTAMIENTOS DEPORTIVOS EN JÓVENES DEPORTISTAS

 

Leo, F. M.; García Calvo, T.; Sánchez, P. A.; Gómez, F. R.; Sánchez, D.

Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura


 

RESUMEN

El principal objetivo del estudio era examinar las relaciones entre los climas motivacionales de los otros significativos con los comportamientos de deportividad de jugadores de deportes colectivos en edades de iniciación, así como analizar las diferencias existentes entre las diversas categorías. La muestra estaba formada por 1070 deportistas de ambos sexos federados en categorías alevín, infantil y cadete en diferentes deportes colectivos. Los instrumentos utilizados medían el clima motivacional percibido en los iguales, el clima motivacional de los entrenadores, la participación de los padres y la deportividad. Las técnicas utilizadas fueron los análisis descriptivos, el análisis de fiabilidad, las correlaciones bivariadas, el análisis de regresión lineal y el análisis de varianza. Los resultados mostraron una relación positiva y significativa entre la percepción de los jugadores de un clima motivacional que implica a la tarea creado por parte de los otros significativos con los comportamientos deportivos, así como una relación positiva entre el clima que implica al ego de los otros significativos con los comportamientos antideportivos. Como conclusión, podemos destacar que promover un clima que implica a la tarea por parte de los otros significativos provocará la aparición de comportamientos más deportivos por parte de los jugadores, y a su vez, disminuirán las acciones antideportivas en el juego.
Palabras Clave: deportividad, clima motivacional, otros significativos, deportes colectivos.

 

ABSTRACT

The main aim of this study is to examine the interactive effects among motivational climates of the other significatives regarding sportsmanlike behaviour of youth athletes belonged to team sports, as well as assess the differences among the several categories of those participants. The sample is formed by 1070 male and female athletes affiliated in different team sports (basketball, handball, football and volleyball). The instruments assessed perceived motivational climate in peers, perceived motivational climate in coaches, parents` participation and sportsmanlike. The statistical techniques were descriptive analyses, reliability analysis, bivariate correlations, lineal regression analysis and analyses of variance. Results revealed a positively significant relationship between player’s perception of mastery climate of the other significatives with respect to sportsmanlike behaviour, as well as performance climate of the other significatives regarding maladaptative behaviour. Finally, we highlight that promote a mastery climate can led to more sportsmanlike behaviour in players, as well as it will decrease maladpatative behaviour in the game. 
Key Words:  sportpersonship, motivational climate, other significants, team sports.

 


 

INTRODUCCIÓN

En el mundo del deporte se dan continuamente situaciones controvertidas en cuanto a la moralidad en las acciones del juego, donde se ponen de manifiesto una serie de conductas deportivas o antideportivas en función del jugador, la situación y el entorno. Así, el contexto social en el cual se encuentra el deporte puede ejercer una gran influencia en el comportamiento moral de los jugadores (Kavussanu, 2007).

Un número creciente de autores han defendido la necesidad de investigar aspectos relacionados con la moralidad en el deporte, analizándolos bajo consideraciones motivacionales que tienen una gran importancia en los comportamientos (Guivernau y Duda, 2002; Kavussanu y Ntoumanis, 2003; Miller, Roberts, y Ommundsen, 2005; Stephens, 2001; Weiss y Smith, 2002). Kavussanu (2006) con la idea de clarificar los conceptos que se emplean en las investigaciones, agrupó los comportamientos adecuados e inadecuados en dos términos. Así, basándose en Eisenberg y Mussen (1998), denominó comportamiento prosocial a aquellas acciones en las que se intenta ayudar, animar o beneficiar a otras personas, conllevando consecuencias positivas. Mientras que señaló como comportamiento antisocial a las acciones destinadas a dañar, perjudicar o despreciar a otras personas, asociándose a consecuencias negativas.

Los comportamientos prosociales o antisociales se han tratado de analizar desde diferentes perspectivas, siendo la teoría de las metas de logro (Nicholls, 1989) una de las más empleadas para su estudio (Boixados, Cruz, Torregrosa, y Valiente, 2004; Guivernau y Duda, 2002; Kavussanu, 2006; Kavussanu y Ntoumanis, 2003; Miller y cols., 2005; Ommundsen, Roberts, Lemyre, y Treasure, 2003). Algunos autores, como Stuart y Ebbeck (1995) o Vallerand, Deshaies, Cuerrier, Pelletier y Mongeau (1992) en sus investigaciones, ya empezaban a marcar la importancia del entorno social  de los jugadores en la determinación de la acción moral durante el juego. Así, se ha considerado un factor influyente en los comportamientos deportivos de los jugadores el clima motivacional generado por los otros significativos tales como profesores, entrenadores, compañeros y padres (Ames, 1992; Duda, 1992; Roberts, Treasure, y Kavussanu, 1997, Shields y Bredemeier, 2001). Stuart y Ebbeck (1995) examinaron a jóvenes jugadores de baloncesto, presentándoles una serie de escenarios que describían comportamientos antisociales en torno a su deporte, y Vallerand y cols. (1992) presentaron a 1.056 jugadores dos hipotéticas situaciones retratando conflictos morales y preguntando a los jugadores que indicaran si realizarían lo descrito en los comportamientos. En ambos casos, los participantes también fueron preguntados acerca de la percepción de cómo su madre, padre, entrenador, y compañeros de equipo verían los comportamientos. Cuando los jugadores percibían que los otros significativos de su entorno aprobaban estos comportamientos, ellos juzgaban estas acciones como apropiadas e indicaban la intención de realizarlas. Además, los jugadores de mayor edad que percibían que los otros significativos de su entorno aprobaban estos comportamientos, describían las razones menos maduras al tomar una decisión moral y fueron catalogados por los entrenadores como los que realizaban estos comportamientos con más frecuencia.

En esta línea, Shields, Bredemeier, Gardner y Bostrom, (1995), examinando la atmósfera creada por el entrenador y por los compañeros, obtuvieron que los jugadores que percibían a su entrenador y a sus compañeros dispuestos a aceptar este tipo de comportamientos, declaraban estos comportamientos como apropiados, aceptando la intención de realizarlos. Asimismo, Kavussanu, Roberts y Ntoumanis (2002), con una muestra de 199 jugadores adolescentes de baloncesto, analizaron la atmósfera moral que percibían en sus equipos y los climas motivacionales generados por el entrenador y los compañeros, y como éstos se relacionaban con la intención, juicio y comportamientos antisociales. En sus resultados, a través de la realización de un modelo de ecuaciones estructurales, descubrieron que el clima que implica a la tarea que establecía el entrenador y los compañeros predecía negativamente la intención, el juicio y la realización de comportamientos antideportivos.

En un estudio similar, Kavussanu (2006) analizó a 325 adolescentes practicantes de fútbol, repartidos en 24 equipos. En sus resultados, trató de comprobar la relación de las orientaciones y los climas motivacionales con los comportamientos antisociales y valorar cuales eran los mejores predictores de dichos comportamientos. De esta forma, comprobaron que los climas tenían una asociación más fuerte que las orientaciones. Asimismo, el clima que implica a la tarea se relacionaba positivamente con comportamientos prosociales, prediciéndolos, y negativamente con la realización de comportamientos antisociales, siendo esta relación inversa en el caso del clima que implica al ego. Además, Kavussanu comprobó que el número de temporadas de experiencia, junto con el clima que implica a la tarea, afectaba a la realización de comportamientos antisociales, aunque esta última de forma negativa. Kavussanu y Spray (2006) encontraron los mismos resultados, aunque en su análisis utilizaron modelos de ecuaciones estructurales. En dicho modelo, incluyeron los climas motivacionales y la atmósfera moral generada por el entrenador y los compañeros. En primer lugar, la atmósfera generada podía predecir el tipo de clima y entre los dos, predecirían diferentes niveles de comportamiento e intenciones antisociales.

Miller y cols. (2005) desarrollaron un trabajo con 705 futbolistas adolescentes de género masculino y femenino, en el que valoraron el clima motivacional y la atmósfera que se percibía en el equipo y su relación con la realización de comportamientos antisociales y agresivos. En sus resultados comprobaron que el clima que implica al ego se asociaba de forma positiva y significativa con el juicio, la intención y el desarrollo de comportamientos antisociales, así como con la realización de actos agresivos y violentos. Por el contrario, el clima que implica a la tarea se relaciona de forma negativa con las diferentes cuestiones antisociales, aunque esta relación no es significativa en todas ellas. Asimismo, también es destacable que el clima que implica al ego sea el mejor predictor de los comportamientos antisociales y agresivos.

Resultados similares ya habían sido encontrados en otros trabajos como el de Ommundsen y cols. (2003), analizando jugadores de fútbol, donde observaron que los jugadores que percibían un alto clima motivacional que implica al ego y bajo a la tarea era más probable que realizara estos comportamientos antisociales que los futbolistas que tenían otra combinación de percepción en el clima. Además, los jugadores que percibían un alto clima que implica a la tarea y bajo al ego mostraron más razones en sus juicios para resolver los  dilemas morales. Miller, Roberts y Ommundsen (2003) también encontraron que jóvenes jugadores de fútbol que percibían un alto clima que implica a la tarea en sus equipos mostraban más altos niveles de deportividad que los jugadores que percibían un bajo clima que implica a la tarea. Además, los jugadores que percibían alto clima que implica al ego mostraban menos respeto a las reglas sociales que los que percibían un clima que implica al ego bajo.

Entre las investigaciones realizadas en nuestro país, podemos destacar a Boixadós y Cruz (1999) que utilizaron como muestra a 176 jugadores de fútbol de categoría alevín e infantil, valorando el clima motivacional percibido, actitudes de fair play, satisfacción y percepción de habilidad. Los resultados obtenidos confirman que el clima que implica al ego se asocia positiva y significativamente con la dureza y la necesidad de victoria, haciéndolo negativamente con la diversión y la satisfacción. Por el contrario, el clima motivacional que implica a la tarea se relacionaba de forma negativa con el factor dureza y positivamente con la diversión y satisfacción. Asimismo, es destacable que la percepción de habilidad autorreferencial se asociaba de forma positiva con la satisfacción y la diversión y negativamente con la dureza. 

En un trabajo posterior, con una muestra más amplia, 472 futbolistas de 10 a 14 años,  Boixadós y cols. (2004) confirmaron los resultados obtenidos en el estudio anterior, pero utilizando los climas motivacionales. Así, encontraron que el clima que implica a la tarea se relacionaba negativamente con el juego duro y violento, y positivamente con la diversión y la victoria, aunque esta última de manera poco importante. Por el contrario, el clima que implica al ego se asoció de manera positiva a la realización de comportamientos violentos y agresivos y a la victoria por encima de todo, mientras que no posee ninguna relación con la diversión. Estos resultados fueron corroborados a través de correlaciones canónicas y de la creación de perfiles con los climas motivacionales. A partir de estos últimos, se pudo comprobar que el perfil, bajo tarea/alto ego, es el que mayor índice poseía en el factor de juego duro, siendo el perfil alto tarea/bajo ego, el que menores puntuaciones poseía en este factor.

Otro trabajo desarrollado en nuestro país que corroboró estos resultados, es el llevado a cabo por Cecchini, González, Prado y Brustad (2005), empleando una muestra de 82 futbolistas juveniles de división de honor, donde comprobaron que  el clima que implica a la tarea es el que mejor predice la motivación intrínseca y la realización de comportamientos deportivos. También, García Calvo (2006) con una muestra de 492 futbolistas con edades comprendidas entre los 13 y 18 años, comprobó que el clima que implica al ego es el que mejor predice la realización de comportamientos antisociales.

Así pues, el principal objetivo del estudio es examinar las relaciones entre los climas motivacionales de los otros significativos con los comportamientos de deportividad de jugadores participantes en deportes colectivos en edades de iniciación. Hay que destacar que son escasos trabajos que analicen todos los significativos, por tanto consideramos una peculiaridad de esta investigación, el análisis de la influencia de los compañeros, entrenadores y padres sobre los jugadores. Otro objetivo era valorar las posibles diferencias existentes entre las diversas categorías analizadas en el estudio a partir de los climas motivacionales y los comportamientos de deportividad. Asimismo, pretendemos obtener información que nos permita plantear pautas de actuación para optimizar los comportamientos adecuados en el contexto deportivo.

 

MÉTODO

Participantes

La muestra de la investigación estaba compuesta por 1070 jugadores de baloncesto, balonmano, fútbol y voleibol. Los participantes eran de género masculino (n = 769) y femenino (n = 238), y con edades comprendidas entre los 11 y los 16 años (M = 12.37; DT = 1.48). Todos los jugadores que formaban parte de la muestra, pertenecían a equipos federados que jugaban en competiciones organizadas en categoría alevín (n = 595), infantil (n = 314) y cadete (n = 98), poseyendo cada participante una ficha federativa con sus datos personales y deportivos.

 

Instrumentos

Clima motivacional percibido en los iguales. Se empleó la versión adaptada al castellano del Peer Motivational Climate in youth sport Questionaire (PEERMCYSQ: Ntoumanis y Vazou, 2005). Este instrumento consta de dos factores denominados clima que implica a la tarea (ej.:En mi grupo de entrenamiento, los compañeros dan consejos a los compañeros para ayudarles a progresar) y clima que implica al ego (ej.: En mi grupo de entrenamiento, los compañeros intentan hacerlo mejor que los demás).

Clima motivacional de los entrenadores. Se utilizó la adaptación al castellano del Perceived Motivational Climate in Sport Questionnaire (PMSCQ – 2: Newton, Duda, y Yin, 2000). Nos hemos centrado en los factores de segundo orden, como son el clima que implica al rendimiento o ego (ej.: El entrenador motiva a los jugadores cuando juegan mejor que sus compañeros) y el clima que implica al aprendizaje o tarea (ej.: El entrenador favorece que los jugadores se ayuden unos a otros en los entrenamientos y partidos).

Participación de los padres en la práctica deportiva. Para su medición se ha utilizado la versión adaptada al castellano del Parental Involvement Sport Questionaire (PISQ: Lee y Mclean, 1997). Dicho cuestionario cuenta con un total de 20 ítems que se agrupan en cuatro factores principales: comportamiento directivo (5 ítems, ej.: Tus padres antes de los partidos, te dicen cómo has de jugar),  apoyo y compresión (6 ítems, ej.: Tus padres te elogian por lo que has hecho bien, aunque el partido se haya perdido), implicación activa (5  ítems, ej.: Tus padres tienen un papel activo en el funcionamiento del club)  y presión (4 ítems, ej.: Tus padres te presionan para que entrenes mejor).

Comportamientos de deportividad. Se utilizó la adaptación al castellano del Multidimensional Sportspersonship Orientations Scale (MSOS: Vallerand, Brière, Blanchard, y Provencher, 1997) que está formado por cinco subescalas, normas sociales (ej.: Gane o pierda, doy la mano a mi adversario tras la competición), participación adecuada (ej.: Cuando compito, me entrego por completo aunque esté seguro de que vaya a perder), respeto al adversario (ej.: Ayudo a mi adversario a levantarse tras una caída), negativa crítica (ej.: Critico lo que el entrenador me obliga a hacer) y respecto a las reglas (ej.: Respeto las decisiones arbitrales aunque estén equivocadas).

    El formato de respuesta empleado en todos los instrumentos de la investigación es una escala tipo Likert en la que cada ítem tiene un rango de respuesta de 1 a 5. El 1 corresponde a totalmente en desacuerdo y el 5 a totalmente de acuerdo con la formulación de la pregunta.

 

Procedimiento

Para llevar a cabo la recogida de datos, desarrollamos un protocolo de actuación para que la obtención de datos fuera similar en todos los participantes implicados en la investigación.

En primer lugar, contactamos con los entrenadores y monitores de diferentes equipos que podrían formar el conjunto de participantes de la investigación. A través de una nota informativa, se puso al corriente a los padres de dicha investigación, de sus objetivos y de la utilización de los datos obtenidos, rogándoles que la devolvieran firmada si aceptaban que sus hijos participaran en la investigación.

También se informó a los deportistas de que su participación era voluntaria y las respuestas serían tratadas confidencialmente. Los participantes rellenaron los cuestionarios en el vestuario, sin la presencia del entrenador, de manera individual y en un clima que les permitía concentrarse sin tener ningún tipo de distracción.

El investigador principal estuvo presente en el momento en que los sujetos completaban los cuestionarios, e insistió en la posibilidad de preguntar cualquier tipo de duda que apareciese durante el proceso.

 

Análisis de los datos

Para el tratamiento de los datos hemos utilizado el software SPSS 15.0, a través del cual hemos realizamos diferentes tipos de análisis para buscar las relaciones existente entre las distintas variables. Las técnicas utilizadas han sido los análisis descriptivos, el análisis de fiabilidad, las correlaciones bivariadas, el análisis de regresión lineal y el análisis de varianza.

En cuanto a la validez de los instrumentos de medida, debemos señalar que tras la realización del análisis factorial, se obtuvo una estructura adecuada de cada una de las escalas. Además, en el análisis de fiabilidad, todos los factores alcanzaron puntuaciones por encima o cercanos a .70 en el coeficiente de Alpha de Cronbach, por lo que la fiabilidad de los instrumentos se considera adecuada.

 

RESULTADOS

Análisis descriptivos y de correlación

En la Tabla 1, aparecen los valores descriptivos de cada una de las variables medidas a través de los instrumentos de la investigación. Como se puede observar, el clima motivacional percibido de los compañeros, no existen grandes diferencias entre ambas medias, pero aparecen mayores niveles en el clima tarea que en el clima ego.

Por otro lado, dentro del clima motivacional que perciben los jugadores de su entrenador, es donde se producen las mayores diferencias entre clima ego y clima tarea, obteniendo mayores puntuaciones el clima tarea (M = 4.30; DT = 0.06). Además, en el comportamiento de los padres, destacan las Altas valoraciones  con respecto al apoyo de los padres y las bajas puntuaciones con respecto a la presión de los padres que perciben los jugadores.

En lo referente a los comportamientos deportivos, los participantes muestran altos valores en los factores que tienen que ver con los comportamientos prosociales, como son las normas sociales, respecto al adversario, participación adecuada y respeto a las reglas. En cambio, muestran niveles más bajos en los comportamientos antisociales, como refleja el único factor denominado negativa crítica.

 

Tabla 1.
Estadísticos descriptivos

  M DT α
Clima Tarea Compañeros 4.17   .76 .85
Clima Ego Compañeros 3.33      1.10 .80
Clima Tarea Entrenador 4.30   .68  .87
Clima Ego Entrenador 2.24   .99    .84
Implicación Club Padres 3.05 1.14    .68
Apoyo Padres 4.11    .80  .75
Comportamiento Directivo Padres 3.17       1.10  .83
Presión Padres 2.25       1.13  .79
Normas Sociales 4.22     .86  .69
Respeto Adversario 3.73       1.00  .74
Participación Adecuada 4.38     .76  .70
Negativa Crítica 2.44       1.13  .73
Respeto Reglas 3.72       1.09  .68

 

Con el objetivo de comprobar las relaciones existentes entre los diferentes factores de la investigación, se decidió llevar a cabo un análisis de correlaciones bivariadas.

En la Tabla 2, se puede observar la relación entre el clima motivacional generado por los compañeros, entrenadores y padres con los comportamientos deportivos prosociales y antisociales.

Se puede destacar las relaciones que se establecen entre el clima tarea de los compañeros con los cuatro factores de los comportamientos deportivos, con unos valores entorno a .30 y el clima ego de los compañeros con la variable negativa crítica (p< 0.01), correspondiente a los comportamientos deportivos antisociales.

En relación al clima generado por el entrenador, resaltar no sólo la relación del clima tarea con los cuatro factores del comportamiento prosocial (p< 0.01),  sino también la relación significativa y negativa con la variable negativa crítica. Es decir, cuanto mayor sea la percepción de los jugadores de un clima tarea generado por el entrenador, aparecerán mayores niveles en los comportamientos deportivos, y además, se obtendrán niveles inferiores de comportamientos antideportivos. Igualmente, el clima ego promovido por el entrenador, se relaciona de forma negativa y significativa con las normas sociales, la participación adecuada y el respeto a las reglas (p< 0.01), y de forma positiva con la negativa crítica con un alto valor de correlación (.43).

En cuanto al clima o comportamiento de los padres, señalar la relación existente de los aspectos positivos en el comportamiento de los padres, como son la implicación con el club y el apoyo de los padres, con las variables positivas de los comportamientos deportivos (0.01).

Acerca de la percepción de los jugadores del clima ego generado por los padres, destaca su relación no sólo con  los aspectos antideportivos, con una alta significación con el comportamiento directivo (.25) y  la presión de los padres (.40), sino también con factores de comportamientos deportivos. Así, el comportamiento directivo de padres se relaciona con las normas sociales, el respecto al adversario y respeto a las reglas (p< 0.01); y la presión de los padres sólo con respeto al adversario, ya que la relación con la participación adecuada es negativa.

 

TABLA 2.
Correlaciones entre los factores del estudio

  Normas
Sociales
Respeto
Adversario
Participación
Adecuada
Negativa
Crítica
Respeto
Reglas
Clima Tarea Compañeros      .31**  .23** .33** .01  .27**
Clima Ego Compañeros -.05 -.02  .01      .26**  -.05
Clima Tarea Entrenador     .32** .23** .42**    -.11** .25**
Clima Ego Entrenador    -.13** -.00 -.17**      .43** -.09**
Implicación Club Padres     .19** .24**  .12**      .16**  .16**
Apoyo Padres     .28** .22** .23**  .01   .19**
Comport. Directivo Padres     .12** .15**  .03      .25**  .09**
Presión Padres   .01  .11**  -.07*      .40** .03

**p< .01; *p<.05

Análisis de regresión

A continuación, se muestran los análisis de regresión utilizando el factor que representaba los comportamientos antideportivos, negativa crítica y el factor con mejor predicción de los factores que representaban los comportamientos deportivos, participación adecuada.

En la Tabla 3, se muestra el análisis de regresión utilizando como variable dependiente la Negativa crítica, que es el factor que representa el comportamiento antisocial en el MSOS

En el primer paso, se obtuvo como mayor predictor el Clima Ego del Entrenador, con un porcentaje de varianza explicado de 18%. En este caso, dicha variable predice de forma positiva, es decir, a mayor percepción por parte de los jugadores de este clima ego generado por el entrenador, mayor será los comportamientos antisociales existentes. En el segundo paso, en el que se explica un 23% de la varianza, aparece la Presión de los Padres como variable predictora, con un 5% de varianza explicada. En el tercer paso, se incluye como predictor el Clima Ego de los Compañeros, con un 1% de varianza explicada. Hay que destacar que sólo la primera de las variables tiene un valor de predicción aceptable sobre la Negativa Crítica (18%), ya que las demás variables poseen una capacidad de predicción menor al 10% de varianza explicada.

 

Tabla 3.
Coeficientes del análisis de regresión  por pasos considerando como variable dependiente la Negativa Crítica

Variable β t p
Paso 1   .18    
Clima Ego Entrenador .43   14.88 .00
Paso 2   .23    
Clima Ego Entrenador .31   9.96 .00
Presión Padres .26   8.40 .00
Paso 3       .24    
Clima Ego Entrenador .29   8.82 .00
Presión Padres .25   7.98 .00
Clima Ego Compañeros .06   2.14 .03

 

Por otra parte, en la Tabla 4, se muestra el análisis de regresión utilizando como variable dependiente las Normas Sociales, uno de los factores de los comportamientos deportivos del MSOS.

La variable que más predice, con un 17% de varianza explicada, es el Clima Tarea del Entrenador. Es decir, los jugadores que perciben un Clima Tarea del Entrenador, tendrán mayores comportamientos prosociales en cuanto a las Normas Sociales. En el segundo paso, en el que se explica el 19% de la varianza,  aparece como predictor el  Clima Tarea de los Compañeros, con un 2% de varianza explicada. Hay que destacar que esta variable predice de forma positiva al igual que la anterior. En el tercer paso, en el cual se explica un 20% de varianza de las Normas Sociales, se incluye como predictor la Presión de los Padres con un 1% de la varianza explicada. Esta variable, al contrario que las anteriores, predice de forma negativa, aunque el porcentaje de predicción es muy bajo. En el cuarto paso, se incluye el Apoyo de los Padres, con una predicción débil igual a la anterior (1%), pero en este caso la predicción es positiva. Como hemos comentado, hay que destacar que sólo la primera de las variables tiene un valor de predicción aceptable sobre las Normas Sociales (17%), ya que  las demás variables predicen con un porcentaje menor al 10%.

 

Tabla 4.
Coeficientes del análisis de regresión por pasos considerando como variable dependiente las Participación Adecuada

Variable β t p
Paso 1   .17    
Clima Tarea Entrenador .42   14,45 .00
Paso 2   .19    
Clima Tarea Entrenador .33   10,37 .00
Clima Tarea Compañeros .17     5,48 .00
Paso 3   .20    
Clima Tarea Entrenador .33   10,45 .00
Clima Tarea Compañeros .17     5,43 .00
Presión Padres -.06    -2,02 .04
Paso 4   .21    
Clima Tarea Entrenador .31     9,39 .00
Clima Tarea Compañeros .16     4,88 .00
Presión Padres .-07    17,40 .01
Apoyo Padres .08    14,45 .01

 

Anova por Categorías

Por último, se decidió realizar un análisis de varianza a partir de las diversas categorías, con el objetivo de comprobar las diferencias que existen entre ellas con respecto a las variables analizadas en este estudio. Para comprobar donde se producían esas diferencias, se realizó un análisis post hoc.

En la Tabla 5, se puede observar como las principales diferencias entre las categorías destacan en el clima generado por los padres, destacando las diferencias entre las categorías alevín e infantil con respecto a la categoría cadete tal y como señala el análisis post hoc. En el caso de los padres, tanto la implicación con el club, como el apoyo, factores asociados al clima tarea, tienen medias más bajas en categoría cadete (2.69 y 3.96 respectivamente) que en categorías alevín (3.14 y 4.20) e infantil (2.99 y 4.00). Sucede lo contrario, con el comportamiento directivo, donde las diferencias son significativas entre la categoría alevín e infantil que poseen niveles más bajos que en la categoría cadete (p > .000).

En cuanto a los climas creados por los compañeros, existen diferencias entre las categorías pero con una significación muy baja. Al igual ocurre con el clima que implica a la tarea generado por el entrenador donde la significación es débil. En cambio, en el clima que implica al ego creado por el entrenando no se han encontrado diferencias significativas entre las distintas categorías.

Para finalizar, podemos destacar diferencias significativas existentes en cuanto a dos de los factores de los comportamientos deportivos y antideportivos, como son la negativa crítica y el respeto a las reglas. En el primer caso, la categoría infantil obtiene mayores puntuaciones, con respecto a los cadetes y alevines en lo que respecta a los comportamientos antideportivos. En cambio, en el segundo caso, las diferencias significativas existen entre las tres categorías, teniendo mayores valores en cuanto a los comportamientos deportivos, la categoría alevín seguida de la categoría infantil y por último la cadete.

 

Tabla 5.

Análisis de varianza de la categoría

Variables ALEVÍN INFANTIL CADETE MC F p
Clima Tarea Compañeros  4.19±.77 4.20±.72 4.00±.78 1.73 3.02 .05
Clima Ego Compañeros  3.36±1.13 3.34±1.06 3.08±1.05 3.50 2.90 .05
Clima Tarea Entrenador    4.34±.67 4.26±.71 4.18±.64 1.41 3.03 .05
Clima Ego Entrenador 2.21±1.00 2.30±1.03 2.19±.85 1.06 1.07 .34
Implicación Club Padres 3.14±1.16 2.99±1.13 2.69±.97 9.21 10.32 .00
Apoyo Padres   4.20±.75 4.00±.88 3.96±.80 5.14 7.13 .00
Comport. Directivo Padres  3.27±1.14   3.11±1.05 2.75±.93  12.27 8.06 .00
Presión Padres  2.22±1.12  2.36±1.56 2.10±1.11 3.39 2.65 .07
Normas Sociales   4.24±.89    4.19±.83 4.16±.74   .48   .65 .52
Respeto Adversario  3.73±1.03  3.78±0.93 3.54±.94 2.12 2.14 .12
Participación Adecuada   4.38±.79    4.41±.70 4.29±.72   .60 1.05 .35
Negativa Crítica  2.37±1.19   2.58±1.07 2.43±.89 4.78 3.77 .02
Respeto Reglas  3.84±1.08   3.63±1.09 3.23±1.00 17.69 15.23 .00

 

DISCUSIÓN

El principal objetivo del estudio es examinar las relaciones entre los climas motivacionales de los otros significativos con los comportamientos de deportividad de jugadores participantes en deportes colectivos en edades de iniciación.

Tras el análisis de los resultados, se puede observar la relación del clima que implica a la tarea generado por los otros significativos con aquellos comportamientos deportivos. Particularmente, la realización de comportamientos deportivos, entendidos como respeto por las normas sociales, respeto al adversario, respeto a las reglas y participación adecuada, va a ir asociado de forma positiva a la creación de un clima que implica a la tarea, tanto por parte del entrenador, de los compañeros y de los padres. Estos resultados fueron encontrados también por Miller y cols. (2003) donde los jóvenes jugadores de fútbol que percibían un alto clima que implica a la tarea  en sus equipos mostraban más altos niveles de deportividad. En un estudio similar, Kavussanu (2006)  comprobó que el clima que implica a la tarea se relacionaba positivamente con comportamientos prosociales. También Boixadós y cols. (2004) encontraron que el clima que implica a la tarea se relacionaba positivamente con la diversión y la victoria (Boixadós y Cruz, 1999; Cecchini y cols., 2005).

Otro aspecto a destacar del clima que implica a la tarea, es la relación negativa existente con aspectos relacionados con los comportamientos antideportivos, como es la negativa crítica, pero sólo en el caso del entrenador. Es decir, la creación de un clima que implica a la tarea por parte del entrenador, no sólo va a conllevar connotaciones positivas, de favorecer la aparición de mayores comportamientos deportivos, sino que además puede provocar una disminución en la aparición de comportamientos antideportivos. En estudios anteriores, Stornes y Ommundsen (2004) mostraron que cuando los jugadores se encontraban involucrados en un clima que implica a la tarea, poseían puntuaciones significativamente inferiores en la intención y realización de comportamientos antisociales (Ommundsen y cols., 2003). También, Kavussanu (2006) comprobó que el clima que implica a la tarea, afectaba de forma negativa a la realización de comportamientos antisociales (Miller y cols., 2005). En esta linea, Kavussanu y cols. (2002) afirmaban que el clima que implica a la tarea que establecía el entrenador y los compañeros se relacionaba negativamente con la intención, el juicio y la realización de comportamientos antideportivos (Standage, Duda, y Ntoumanis, 2003).

Por otro lado, el clima que implica al ego generado por los otros significativos va a estar muy relacionado con los comportamientos antideportivos. Destacar que el clima que implica al ego creado por los compañeros, el entrenador y los padres está relacionado de forma positiva y significativa con la variable, negativa crítica, factor que representa los comportamientos antideportivos. Esto ya se ha visto reflejado en anteriores investigaciones, donde ponían de manifiesto la relación de los comportamientos antideportivos con la creación de una atmósfera moral por parte del entrenador y de los compañeros que favoreciera estos actos antideportivos (Shields y cols., 1995; Stephens, 2000).  También, Miller y cols. (2003) en sus resultados comprobaron que los jugadores que percibían alto clima que implica al ego mostraban menos respeto a las reglas sociales que los que percibían un bajo clima que implica al ego (Guivernau y Duda, 2002; Miller y cols., 2005). En esta línea, Ommundsen y cols. (2003), analizando jugadores de fútbol, observaron que los jugadores que percibían un alto clima motivacional que implica al ego y bajo a la tarea era más probable que realizara estos comportamientos antisociales (Stornes y Ommundsen, 2004). Boixadós y Cruz (1999) obtuvieron que el clima que implica al ego se asocia positiva y significativamente con la dureza y la necesidad de victoria (Boixadós y cols., 2004).

Igualmente, como ocurría antes con el clima que implica a la tarea de los otros significativos, la aparición de un clima que implica al ego, no sólo va a favorecer el aumento de comportamientos negativos sino que además puede provocar la disminución de comportamientos deportivos en el juego. En este caso, sólo el clima que implica al ego generado por el entrenador va a estar relacionado negativamente con los comportamientos deportivos, reflejado en los factores, el respeto a las normas sociales, a las reglas y a la participación adecuada. También, el clima que implica al ego creado por los padres, más exactamente la presión ejercida sobre los hijos va a suponer una relación negativa con la participación adecuada.  Resultado similares obtuvo Kavussanu (2006), donde afirmaba que el clima que implica al ego no sólo se relacionaba positivamente con la realización de comportamientos antisociales, sino que también de forma inversa con comportamientos prosociales. Además, Boixadós y Cruz (1999) confirman en sus resultados que el clima que implica al ego se asocia negativamente con la diversión y la satisfacción, aunque más tarde Boixadós y cols. (2004) no encontraron ninguna relación con la diversión.

Hay que destacar, que el clima motivacional que implica al ego creado por los padres, muestra resultados sorprendentes, ya que se relaciona de forma significativa con aspectos positivos del comportamiento deportivo, como son las normas sociales, el respeto al adversario y el respeto a las reglas, aunque hay que tomar los resultados con cautela debido a que las correlaciones no tienen valores adecuados para considerarlo relevante.

En esta línea, y corroborando todo lo anterior, podemos destacar también la relación del clima que implica al ego por parte del entrenador, de los compañeros y de los padres a través de los resultados obtenidos en la regresión lineal, donde se muestra el clima que implica al ego del entrenador como principal predictor de la negativa crítica, que como ya hemos comentado, es el único factor de los comportamientos antideportivos. También es destacable el clima que implica al ego de los padres, cuyo factor presión padres es el segundo predictor, al igual que el clima que implica al ego de los compañeros que aparece como tercer predictor, aunque en ambas ocasiones el cambio en R2 es débil. Por tanto podemos concluir que, el clima que implica al ego generado por el entrenador es el mejor predictor los comportamientos antisociales. Esta idea ya fue reflejada en los trabajos de Miller y cols. (2005) y  Stornes y Ommundsen (2004) donde confirmaron que el clima que implica al ego que percibían del equipo iba a predecir de los comportamientos antisociales y agresivos. También Kavussanu y Spray (2006), defendieron la idea de que la atmósfera generada podía predecir el tipo de clima y entre los dos factores, predecirían diferentes niveles de comportamiento e intenciones antisociales.

De la misma forma, el clima motivacional que implica a la tarea generado por el entrenador, compañeros y padres, aparecen como los mejores predictores, de los comportamientos deportivos. Como ocurría anteriormente, sólo el clima que implica a la tarea generado por el entrenador, es el que tiene un peso predictivo alto, siendo débil la predicción del clima que implica a la tarea de compañeros y padres. Estos resultados ya fueron obtenidos por Cecchini y cols. (2005), Kavussanu (2006) y Stornes y Ommundsen (2004) que encontraron que el clima que implica a la tarea es el que mejor predice la realización de comportamientos deportivos.

En cuanto al análisis de varianza por categoría, se ha obtenido que la categoría alevín percibe un mayor clima motivacional que implica a la tarea creado por los padres que en la categoría infantil y ésta a su vez, que en la categoría cadete. Además, con respecto a los comportamientos deportivos, ocurre algo similar, ya que la categoría alevín es la que posee mayores niveles en cuanto al respeto a las reglas, con respecto a la categoría infantil. A su vez, dicha categoría infantil también tenían mayores niveles que la categoría cadete. No sucede lo mismo en los comportamientos antideportivos, donde es la categoría infantil la que presenta las mayores  puntuaciones, seguida de la categoría cadete y por último la categoría alevín. Por tanto, podemos concluir que generalmente las categorías más pequeñas presentan mayor clima que implica a la tarea por parte de los padres y menores puntuaciones en la aparición de comportamientos antideportivos. Esto coincide de alguna manera con lo encontrado por Stuart y Ebbeck (1995) en su estudio, donde afirmaba que los jugadores de mayor edad que percibían que los otros significativos de su entorno aprobaban la realización de comportamientos antideportivos, describían las razones menos maduras al tomar una decisión moral y fueron catalogados por los entrenadores como los que realizaban estos comportamientos con más frecuencia. En esta línea, Kavussanu (2006) comprobó que el número de temporadas de experiencia, junto con el clima que implica a la tarea, afectaba a la realización de comportamientos antisociales, aunque esta última de forma negativa.

Por tanto, la principal conclusión que podemos extraer es la necesidad de minimizar el clima que implica al ego por parte de los otros significativos, ya que va a crear mayores comportamientos deportivos y a la vez, va a producir una reducción en el número de conductas antideportivas realizadas por los jóvenes jugadores. Para ello, podemos utilizar diferentes estrategias como las planteadas por Duda, Ntoumanis, Mahoney, Larson, y Eccles (2005) para conseguir un clima que implica a la tarea en las actividades deportivas extracurriculares, o por García Calvo, Sánchez, Leo, Sánchez y Gómez (2008) mediante la formación de padres y entrenadores para disminuir comportamientos antisociales y crear hábitos prosociales en el deporte escolar, como parte de un proyecto de investigación (García y cols., 08). De esta forma, se conseguiría una participación más adecuada, con mayores comportamientos de fair play y con el desarrollo de valores sociales más positivos.

En cuanto a las limitaciones del estudio, podemos destacar que no medimos la percepción de los padres y de los entrenadores acerca de cada uno de los jugadores. Sería interesante analizar la percepción que tienen los padres y entrenadores sobre el clima que ellos creen que generan a sus hijos  o deportistas. Otras de las limitaciones del estudio es que los comportamientos deportivos y antideportivos se miden  de forma indirecta, y podría mejorarse mediante la observación de este tipo de comportamientos durante la competición de jugadores, padres y entrenadores. Ambos aspectos están siendo llevados a cabo por el grupo de trabajo con el objetivo de aumentar la riqueza de información en este tipo de investigación.

 

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AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen la colaboración al Consejo Superior de Deportes por el apoyo económico recibido, gracias al cual se ha podido llevar a cabo dicha investigación. Así  mismo, queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a los clubs, entrenadores, monitores, dinamizadores y jugadores de la Comunidad Autónoma de Extremadura que han participado en este estudio.